Dentro de unas semanas Adrian Beltre (95.1 %), Todd Helton (79.7 %), Joe Mauer (76.1 %) y Jim Leyland, tendrán las responsabilidades de contar sus historias.
Cooperstown, el pequeño “pueblito” ubicado al suroeste de Nueva York en el condado de Otsego, se prepara para recibir a su más amplia legión de visitantes, en lo que será una exaltación más en su historia con el bautismo de la clase 2024 a la inmortalidad.
Cuatro nuevos miembros tendrá este sagrado templo desde el fin de semana que comprende el 19 al 22 de julio, que una vez más será un hermoso encuentro entre los simpatizantes del béisbol y las figuras que por años le hicieron reír, aplaudir y disfrutar las emociones del juego desde cualquiera de las facetas.
Antes les tocó el turno a los Pedro Martínez, Randy Johnson, Ozzie Smith, Dave Winfield, Derek Jeter, George Brett, Rickey Henderson, David Ortiz y muchos más.
Dentro de unas semanas Adrian Beltre (95.1 %), Todd Helton (79.7 %), Joe Mauer (76.1 %) y Jim Leyland, tendrán las responsabilidades de contar sus historias y los esfuerzos que realizaron para ser los protagonistas del pódium, la mañana del 21 de julio en el Clark Sports Center de la ciudad.
Ellos cuatro se convertirán en los inmortales 359 del más solemne Salón de la Fama que registra deporte alguno, y justo a sus espaldas estarán sentados gran parte de “la crema y nata” que ha tenido el béisbol en toda su historia, en que lamentablemente decenas de ellos ya han fallecidos.
Aunque según el censo del 2022 el poblado registra unos 4,675 habitantes, los fanáticos llegarán desde múltiples localidades estadounidenses y como en cada exaltación quedará pequeño el espacio para albergar a tantas personas.
Como muestra está el año pasado, que se estimó en más de 75 mil los amantes del béisbol que fueron a darle su espaldarazo a Fred McGrieff y Scott Rolen, los inducidos en el 2023 y este año, al ser cuatro que tendrán su residencia en Cooperstown, se espera que el número sea mayor.
Por ejemplo, Beltré fue ícono en Texas y Los Ángeles, Mauer fue un jugador adorado en Minneapolis, Helton sentó gran clase en Colorado, en tanto Leyland fue un estratega que estableció el respeto en Pittsburgh y Detroit.
Esto sin mencionar las localidades en que nacieron cada uno, cuyos habitantes querrán estrechar las manos y tomarse fotos con los ídolos de sus ciudades.
UN FIN DE SEMANA DE ACTIVIDADES
La exaltación incluye todo un fin de semana de actividades para el deleite de quienes se trasladan desde diferentes lugares para pernoctar estos días en Cooperstown y pueblos aledaños, que incluye a Albany, la capital de Nueva York.
El paquete de actividades inicia el viernes con el paseo con Ozzie Smith, el brillante exparacorto inmortalizado en la exaltación del 2002, quien encabeza un recorrido con los turistas presentes por todas las instalaciones de Cooperstown, visitan el gran museo, les ofrecen regalos con posterior a ser autografiados, donde ellos pueden tomar fotos y videos de recuerdos y también interactuar y fotografiarse con varios de los inmortales que por tradición están presentes en el evento.
Este recorrido tiene un costo de 1,000 dólares y previamente los interesados adquieren sus boletos. Cada año es elevado el grupo que acude al fin de semana de exaltación y se llevan esta clase de recuerdo con quienes fueron sus ídolos.
Smith, es el tutor del recorrido, interactúa con ellos y responde cualquier tipo de inquietudes que tengan. Esta actividad se realiza en horario de 8:00 a 11:00 de la mañana.
El sábado se realiza la presentación de los premiados, acto que inicia a las 3:00 de la tarde. Allí los exaltados responden preguntas de las decenas de medios de comunicación presentes.
A las 6:00 de la tarde del sábado se realiza la gran parada de las leyendas por las calles principales de Cooperstown, la cual es observada por miles de simpatizantes. Por lo regular este recorrido dura alrededor de 1.30 horas.
El domingo es el acto principal con la exaltación de los nuevos miembros en el Clark Sports Center, donde los presentes desafían el sol en el extenso parque para escuchar los discursos de los nuevos miembros. Tradicionalmente los actos duran entre 2.30 a tres horas.
Mientras que el lunes es el día final con una especie de mesa redonda con los nuevos miembros, quienes son entrevistados en el Doubleday Field.
Por lo regular cada año se viven momentos maravillosos durante los días que comprenden uno de los fines de semanas más emotivos que conoce la historia del béisbol.