Los documentos ofrecen la descripción más detallada hasta el momento de las finanzas del 45.º presidente estadounidense en el período 2015-2020.
Este viernes el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de EE.UU., controlada por los demócratas, publicó las declaraciones fiscales de Donald Trump, que ofrecen la descripción más detallada hasta el momento de las finanzas del 45.º presidente estadounidense correspondientes al período 2015-2020, cuando estaba al frente de la Casa Blanca.
La medida constituía la última oportunidad de los demócratas para revelar cualquier información sobre Trump que hayan obtenido, ya que dentro de unos días el control de la Cámara pasará formalmente a los republicanos, quienes se han opuesto a la posible publicación de esos documentos argumentando que sentaría un peligroso precedente.
Las declaraciones revelaron que el expresidente pagó muy poco en impuestos federales sobre la renta el primer y último año de su mandato, ya que el registro de enormes pérdidas le ayudó a reducir su factura fiscal. Por ejemplo, en 2015 Trump perdió 105 millones de dólares y en 2016 otros 73 millones, según se desprende de la documentación.
Las declaraciones de impuestos de Trump permiten sacar las siguientes conclusiones.
Reclamos fiscales cuestionables
En sus declaraciones fiscales, Trump reclamó grandes cantidades de intereses que obtuvo de los préstamos que les hizo a sus hijos. Sin embargo, el Comité Conjunto de Impuestos, que revisó los documentos, señaló que, si los intereses no coincidían con la tasa de mercado, a efectos fiscales podían considerarse un obsequio, lo que comporta una carga impositiva más alta.
Un comité de la Cámara de Representantes revelará las declaraciones de impuestos de Trump
Durante cada año de su presidencia Trump afirmó haber cobrado en concepto de intereses exactamente 18.000 dólares de su hija Ivanka y 8.715 de su hijo Donald Jr. Entre 2017 y 2019, Trump dijo que recibió exactamente 24.000 dólares de su hijo Eric y, en 2020, 19.605 dólares. “Es inusual obtener intereses en números redondos, muy raro”, señaló Martin Sheil, antiguo agente especial de supervisión de la unidad de Investigación Criminal del Servicio Interno de Impuestos de EE.UU.
Al mismo tiempo, el político declaró una cantidad idéntica de gastos e ingresos de su empresa DJT Aerospace LLC. Cada dólar que ganó la compañía fue destinado a pagar nóminas, combustible, etc., lo que hizo que la compañía tuviera cero dólares en ingresos y, por lo tanto, no tuviera nada que declarar.
Cuentas bancarias en el extranjero durante la presidencia
Trump informó haber tenido entre 2015 y 2020 cuentas bancarias en el extranjero, concretamente en el Reino Unido, Irlanda y China, de las cuales el exmandatario estaba obligado a informar a la Red de Ejecución de Delitos Financieros.
Además, en el primer año de su presidencia, Trump pagó más impuestos en el extranjero que impuestos federales sobre la renta de EE.UU. En 2017 pagó tan solo 750 dólares en EE.UU. tras notificar grandes pérdidas durante años anteriores, anulando prácticamente toda su obligación tributaria en su país, lo que contrasta con el casi un millón de dólares que pagó ese mismo años en impuestos en el extranjero.
Deducciones por donaciones
Durante su presidencia, Trump prometió que cada año donaría la totalidad de su salario, 400.000 dólares, a obras benéficas. En 2018 y 2019 declaró haber hecho grandes donaciones, lo que le ayudó a contrarrestar los ingresos millonarios que registró esos años. En este contexto, el Comité Conjunto de Impuestos planteó preguntas sobre la exactitud de algunas de las enormes deducciones por donaciones benéficas que aparecieron en las declaraciones de impuestos de Trump de años anteriores.
Declaran culpable de fraude fiscal a la empresa de Donald Trump
2020 fue el único año en el que el entonces inquilino de la Casa Blanca no reclamó donaciones a organizaciones benéficas en su declaración de impuestos. Ese mismo año Trump comunicó una cuantiosa pérdida de 4,8 millones dólares, por lo que quedaba exento de pagar impuestos federales sobre la renta. Eso significa que Trump no pagó ni un solo dólar en impuestos federales y no tuvo necesidad de minimizar sus ganancias.
La propia ley fiscal de Trump de 2017
El plan fiscal republicano de 2017, que Trump defendió y firmó, parece haber limitado la cantidad que podía reclamar en una parte de su compleja declaración de impuestos. La ley fiscal, conocida como SALT, limitó la deducción de impuestos estatales y locales a 10.000 dólares al año.
De ese modo, pagó 10,5 millones de dólares en impuestos en 2018, pero solo pudo deducir 10.000 dólares. Asimismo, Trump pagó 8,4 millones de dólares en 2019 y 8,5 millones en 2020, pero reclamó el máximo permitido de 10.000 dólares.
En comparación, en 2016 y 2017 la cantidad que Trump pudo recuperar de impuestos estatales y locales fue muchísimo mayor: 5,2 millones cada uno de esos dos años.
Auditorías presidenciales
El Comité de Medios y Arbitrios, que es responsable de supervisar el Servicio Interno de Impuestos de EE.UU. (IRS), investigó si las declaraciones de impuestos de Trump durante su mandato fueron auditadas adecuadamente en el marco del programa de auditoría obligatoria del IRS para los presidentes del país.
El organismo determinó que se llevó a cabo tan solo una auditoría obligatoria en 2016, que no fue celebrada hasta 2019, año en que el demócrata Richard Neal solicitó al IRS las declaraciones e información fiscal de Trump.
“La investigación que se hizo en relación con el programa de auditoría obligatoria fue inexistente”, afirmó Neal.
Años de lucha
La publicación del informe sobre las declaraciones fiscales de Donald Trump salieron a la luz tras una larga batalla que, finalmente, acabó siendo aprobada por la Corte Suprema. Por su parte, Trump y su equipo legal buscaron continuamente mantener sus declaraciones en secreto.
“Los demócratas nunca deberían haberlo hecho, la Corte Suprema nunca debería haberlo aprobado y va a conducir a cosas horribles para mucha gente”, advirtió el expresidente.
Además, los republicanos aseguraron que la publicación podría provocar represalias para los demócratas una vez pierdan el control de la Cámara, momento en que los republicanos podrían investigar las declaraciones de impuestos de Hunter Biden, hijo del actual presidente.