Un estudio determinó que los amerindios de la tribu Chumash, en la actual California, utilizaban las cuentas de valvas marinas como un medio de pago desde al menos un milenio antes de lo pensado.
Las cuentas hechas con valvas marinas pueden haber circulado entre las poblaciones indígenas de la costa oeste de Norteamérica, como medio de pago, desde hace ya 2.000 años, afirma la antropóloga Lynn Gamble, de la Universidad de California en Santa Bárbara (EE.UU.).
Su reciente estudio de los orígenes de esta práctica de convertir los frutos del mar en una especie de moneda o divisa estableció, a ciencia cierta, que esto era realidad hace 800 años, pero hay también evidencias de su uso mucho más temprano.
En general, la fabricación de tales cuentas tiene más de 10.000 años de historia en el actual territorio de California, pero servían inicialmente como elemento decorativo, precisó a finales de enero un comunicado universitario. En muchos sitios arqueológicos se han encontrado herramientas para perforar las valvas o conchas, pero se precisaba de otra clase de pruebas para demostrar que su funcionalidad llegó a cambiar en algún momento concreto.
“Fuentes etnohistóricas y etnográficas documentan que la divisa se utilizó para facilitar el comercio, extender las redes sociales, comprar alimentos y objetos, incluyendo insignias ceremoniales, pagar servicios y también deudas, como parte de la redistribución”, detalla el artículo de Gamble, publicado en Journal of Anthropological Archaeology.
Su estudio se enfocó en la tribu Chumash, que ocupaba una región costera del centro-sur del actual estado de California, en torno a las modernas localidades de Santa Bárbara y Los Ángeles. Mientras tanto, al norte de ese territorio se solían usar las cuentas de manera diferente, ante todo como parte de la dote nupcial, y asimismo para abonar deudas.
La antropóloga cree que la calidad de las cuentas, lo laboriosas y uniformes que pudieran ser las conchas, son un rasgo imprescindible para distinguir las cuentas usadas como dinero frente a las meramente decorativas. Además, tuvo que realizar un análisis lingüístico en torno a las definiciones e identificaciones de ‘dinero’ en el vocabulario amerindio.
Gamble afirma que de ser cierta su hipótesis sobre los dos milenios de circulación monetaria a través de las conchas, este podría ser “el primer ejemplo del uso de una divisa en cualquier lugar de las Américas”. Y se habría producido un milenio antes que cualesquiera de las más tempranas evidencias para otras culturas de la región.
Esto implica una revisión de algunas ideas comúnmente aceptadas sobre el nivel de desarrollo de los cazadores-recolectores en general, porque significa que tenían formas complejas de comercio. Muchos investigadores creen que en los tiempos prehistóricos eso fue un privilegio de las sociedades agrícolas, siempre consideradas como más sofisticadas.
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