En lugar de intentar salvar a sus crías enfermas, las hormigas reina comen las larvas infectadas al primer signo de enfermedad y luego las ‘reciclan’ para producir nuevos huevos, según un estudio liderado por la Universidad de Oxford (Reino Unido) y publicado en la revista Current Biology.
En las primeras etapas de la creación de una colonia, las crías de las hormigas son muy vulnerables a ser aniquiladas por las enfermedades. Investigadores del Departamento de Biología de Oxford sugirieron que matar a las larvas enfermas antes de que se vuelvan infecciosas podría ser una estrategia utilizada por las reinas para combatir esta amenaza, comunicó la universidad.
Para comprobar esto, los investigadores expusieron a varias reinas de la especie ‘Lasius niger’ (hormiga negra de jardín), una de las más comunes en Europa, a larvas que habían sido infectadas con el hongo patógeno ‘Metarhizium’ 24 horas antes. En ese momento, la infección ya era mortal, pero aún no transmisible. Las reinas canibalizaron el 92 % de las larvas infectadas, sin dejar restos, y solo el 6 % de las que no estaban infectadas (pertenecientes al grupo de control).
“Una vez que las reinas encuentran una larva enferma en la pila de cría, se ponen a trabajar de inmediato y pasan varias horas masticándolas hasta que las consumen todas”, explicó el investigador principal del estudio, el doctor Chris Pull.
La clave de la sobrevivencia
A pesar del riesgo potencial de infección, todas las reinas sobrevivieron después de comer las larvas infectadas. Los investigadores especulan que las reinas pueden protegerse ingiriendo un veneno antimicrobiano y ácido que producen en una glándula especial ubicada al final de su abdomen.
Es más, las reinas que canibalizaron sus larvas infectadas pusieron un 55 % más de huevos que las reinas de control que no practicaban canibalismo, lo que indica que los nutrientes obtenidos de las crías ingeridas se utilizaron para la reproducción.