Entre los efectos psicológicos de la cuarentena, las lesiones y la falta de competición, un Open de Australia muy particular comienza el lunes en Melbourne, donde Novak Djokovic buscará un noveno título, su 18º grande, y en el que Serena Williams intentará sumar su 24º Grand Slam, para igualar el récord de la australiana Margaret Court.
Pero hay una buena noticia: tras catorce días de aislamiento ligado al covid-19, los jugadores van a reencontrarse con el público, ya que los organizadores anunciaron querer dejar entrar entre 25.000 y 30.000 espectadores por día en el recinto de Melbourne Park.
“Me siento como en casa, y particularmente en la Rod Laver”, declaró esta semana Novak Djokovic sobre sus sensaciones antes del torneo, advirtiendo que está bien preparado.
El hombre a batir
El número uno del mundo será el hombre a batir. Pero si es incontestable en el juego, es contestado en su actitud.
Descalificado en el último US Open por haber alcanzado, aunque involuntariamente, a una juez de línea con una bola, de nuevo atrajo las críticas en la cuarentena impuesta a los jugadores a su llegada a Melbourne.
Aislado en condiciones VIP en Adelaida, intentó obtener una mejora de las condiciones de la cuarentena de sus colegas confinados en Melbourne. Pero estas propuestas (sobre todo la petición de casas dotadas de pistas de tenis y comidas de mejor calidad), no tuvieron el impacto esperado, más bien al contrario.
Con una firme negativa le respondió el primer ministro del Estado de Victoria, y los tenistas no le aplaudieron tampoco.
Nick Kyrgios calificó a Djokovic de “cretino” y Stan Wawrinka ironizó sobre las propuestas hechas “¿desde Adelaida? Ahhahah”.
El sorteo fue duro para Djokovic. Antes de acceder a una eventual final contra Nadal, que buscará el récord masculino de 21 títulos del Grand Slam, y en ausencia de Roger Federer, el serbio deberá batallar duro desde octavos.
De este modo, podrían cruzarse en su camino Stan Wawrinka (18º) o Milos Raonic (15º), Alexander Zverev (7º) y Dominic Thiem (3º), al que derrotó el año pasado en la final, y que después ganó en confianza con su primer título grande, el US Open.
Nadal, que se está físicamente recuperando (renunció a jugar la ATP Cup esta semana por molestias en la espalda y no ha jugado en competición desde su semifinal del Masters en noviembre), parece tener un recorrido un poco más despejado hasta cuartos, donde le esperaría Stefanos Tsitsipas (6º) y después Daniil Medvedev (4º). Este último, igual que su compatriota Andrey Rublev (8º), confirmaron durante la ATP Cup su espectacular final de temporada 2020, llevando a Rusia a la final.
Más abierto en mujeres
En el torneo femenino, donde la jerarquía es más cambiante, la española Garbiñe Muguruza (finalista en 2020) y la australiana Ashleigh Barty (número uno mundial) parecen en buena forma tras alcanzar la final del Yarra Valley en Melbourne esta semana.
Por su parte, la estadounidense Serena Williams continuará su búsqueda de un 24º título de Grand Slam para igualar el récord de la australiana Margaret Court.
La pequeña de las hermanas Williams está bloqueada en 23 títulos mayores desde su victoria en el Open de Australia de 2017, disputando después cuatro finales (Wimbledon 2018 y 2019 y US Open 2018 y 2019) sin éxito.
“Está claro que pesa sobre mis hombros. Y pienso que está bien que lo tenga presente. Pero es una carga que evoluciona y a la que me he acostumbrado. Es menos estresante ahora”, señaló la tenista norteamericana.
Varios jugadores, entre ellos Nadal, Serena Williams, Naomi Osaka, Simona Halep, Victoria Azarenka o Bianca Andreescu, renunciaron a jugar o fueron baja por lesión en la semana de torneos preparatorios para el Open. Lo más probable es que hayan tratado de reservarse físicamente.
Pero el que fuera número uno mundial Jim Courrier señaló el aspecto “crucial” del estado mental tras 14 días de cuarentena (72 jugadores fueron confinados sin autorización de salir, cuando el resto pudo entrenar cinco horas diarias).
Los jugadores “ya gastaron mucha energía física para intentar ponerse en buen estado mental”, señaló el estadounidense.