Santo Domingo, RD.- Marca país es un sello indeleble estampado en los ciudadanos, productos y cultura de una nación, que viaja con ellos donde quiera que estos vayan, tal es el caso del Dominican Film Festival que se realiza cada año en la ciudad de Nueva York.
Tanto el Festival de Cine Dominicano en Nueva York, como su fundador y director, el cineasta Armando Guareño, forman parte de la marca país de República Dominicana, desde que hace nueve años se inició en una sala de cine de la Gran Manzana y que hoy gracias a la aceptación de los dominicanos de la diáspora y de un público diverso proveniente de todas partes del mundo se presenta en siete salas, donde se exhiben unas 90 películas de factura criolla de diversos géneros y formatos cinematográficos.
Armando Guareño cree que el Festival de Cine Dominicano que se presenta en las salas de Nueva York o de otras ciudades del mundo como Montreal, Puerto Rico, cuba, España, Francia y Alemania, “es la mejor manera de representar a la dominicanidad fuera del país, sobre todo haciendo un evento cultural de alta calidad a través de la cinematografía, porque los dominicanos y los no dominicanos pueden ver el país a través de las imágenes que presentamos en las películas, por lo que este evento esperado cada año, es una marca país”.
“El festival de cine dominicano es un referente de lo que es marca país, hacemos una promoción internacional del país, debido a que exportamos imágenes donde se recrean nuestras costumbres, modismos, cultura, la gastronomía, turismo, naturaleza y el pueblo mismo”, destaca Guareño, dejando escapar un aire de satisfacción por el deber cumplido, al asegurar que los dominicanos residentes en el exterior se ven reflejados en cada historia, algo que los llena de nostalgia y les inspira a continuar progresando para algún día regresar a su país de manera definitiva.
La diáspora encierra en sí misma una marca país, puesto que hace una transculturización, según cuenta Guareño, en el marco del desarrollo de la novena edición del Dominican Film Festival realizado de manera virtual del 20 al 30 de octubre, bajo el lema “¡Mantente seguro, quédate con nosotros!”. Las películas fueron proyectadas en línea en Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico.
“El dominicano cuando viaja a otro país se lleva nuestros modismos, nuestras raíces, nuestras costumbres, nuestra calidez a otros países, por lo que considero que la diáspora es una marca país”, comenta el cineasta.
El festival permite que los dominicanos que viven en la diáspora mantengan el contacto con su cultura y que los nacionales de otros países donde se presenta el evento conozcan un poco más sobre República Dominicana a través del cine, puesto que el cine se asemeja mucho a la realidad, sea una película dominicana con un tema localista o internacional.
El apoyo del público, de los políticos y empresarios de origen dominicano ha contribuido a que el festival se convierta en uno de los más grandes eventos de su género en los Estados Unidos.
“Un festival de cine es muy costoso, pero siempre buscamos la forma de hacerlo, porque cuando se hacen las cosas con pasión y se trabaja en lo que a uno le gusta, lo que uno ama, se puede lograr todo”, asegura el experimentado cineasta dominicano al destacar que el festival sigue creciendo cada año.
Al anunciar que la novena versión del Dominicanan Film Festival sobrepasó las expectativas alcanzando un gran éxito, Guareño llama a la diplomacia criolla a continuar apoyando el cine dominicano, nuestra cultura, recordando que el cine es un medio de promoción por excelencia, que cruza fronteras.
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Inmigrante del mundo.
Su amor y entrega por el séptimo arte han consagrado a Armando Guareño, quien emigró desde su natal República Dominicana en 1985, como uno de los más respetados productores y activistas cultuales de Nueva York, pero que hoy por hoy se considera como un “inmigrante del mundo”, que lleva la estampa dominicana cada vez que atraviesa una frontera presentando el producto de su pasión, el cine.