Los científicos recomiendan mantener un horario de sueño constante, hacer ejercicios, evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse y utilizar técnicas de relajación.

Dormir mal después de los 40 años de edad es malo para la salud cerebral, según los resultados de un estudio de varios años de duración llevado a cabo por expertos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y publicado esta semana en la revista Neurology.

La falta de sueño de calidad puede envejecer el cerebro en 2,6 años, advierten los científicos. Sin embargo, aclaran que el estudio no demuestra que la falta de sueño acelere el envejecimiento cerebral, sino que solo muestra una asociación entre la mala calidad del sueño y los signos del envejecimiento cerebral.

“En investigaciones anteriores se ha vinculado la falta de sueño con una capacidad de pensamiento y de memoria deficientes en últimas etapas de la vida, lo que aumenta el riesgo de demencia”, afirmó la autora principal de la investigación, la doctora Clémence Cavaillès. “Nuestro estudio, en el que se utilizaron escáneres cerebrales para determinar la edad cerebral de los participantes, sugiere que la falta de sueño está relacionada con casi tres años adicionales de envejecimiento cerebral ya en la mediana edad”, explicó.

Detalles del estudio

En el estudio participaron 589 personas, cuya edad media al inicio del estudio era de unos 40 años. Todos los participantes llenaron cuestionarios sobre el sueño en dos ocasiones, primero a los 40 años y luego aproximadamente a los 45.

Las preguntas se centraron en seis características principales del sueño: corta duración del sueño, mala calidad del sueño, dificultad para conciliar el sueño, dificultad para permanecer dormido, despertar temprano por la mañana y somnolencia diurna.

Los voluntarios también se sometieron a escáneres cerebrales 15 años después de haber comenzado el estudio, para ver cuánto habían cambiado sus estructuras cerebrales.

Conclusiones y recomendaciones

Los resultados mostraron que los participantes con cuatro o más trastornos del sueño tenían cerebros que eran, en promedio, 2,6 años mayores que los de los voluntarios con uno o ningún trastorno del sueño. Al mismo tiempo, en personas con dos o tres signos de falta de sueño, a la edad de 55 años, el cerebro mostró una media de 1,6 años de envejecimiento.

“Nuestros descubrimientos resaltan la importancia de abordar los problemas de sueño a una edad más temprana para preservar la salud cerebral, lo que incluye mantener un horario de sueño constante, hacer ejercicio, evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse y utilizar técnicas de relajación”, concluyó Kristine Yaffe, coautora del estudio.

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