En la primera audiencia del subcomité del Senado de Filipinas, que investiga la lucha contra las drogas impulsada por Rodrigo Duterte, el expresidente admitió haber formado un escuadrón de la muerte cuando era alcalde de la ciudad de Davao, aunque aclaró que no estaba integrado por policías, sino por gánsteres y personas adineradas a las que les gustaba matar.
Tras asumir la total responsabilidad moral y legal por los crímenes, el exmandatario afirmó en la reunión de este lunes que las víctimas fueron “criminales”. Fue en ese contexto que hizo la “confesión”: “Tengo un escuadrón de la muerte. Pero no está compuesto por policías. Son gánsteres”. Respecto de ese grupo, dijo que no lo integraban policías, ya que no quería que quedaran expuestos a sanciones si asesinaban a algún sospechoso.
Duterte también rechazó una afirmación del coronel retirado de la Policía, Royina Garma, quien dijo que en su Presidencia se había implementado un sistema de recompensas económicas para los efectivos que mataran a sospechosos de estar involucrados en el negocio de la droga.
Insistió además en que, siendo presidente, en ningún momento les ordenó a los comandantes de la Policía Nacional de Filipinas que mataran indefensos, sino que los animó a hacer que los sospechosos se defendieran para que haya “un criminal menos del que preocuparse”.
“¿Es el trabajo de un policía matar sospechosos?”, lo cruzó la senadora Risa Hontiveros, ante lo que Duterte reconoció que “hubo asesinatos, pero no fueron patrocinados por el Estado”. “Nunca hubo una orden oficial para que la Policía, el Ejército o los agentes del Gobierno mataran. Nunca di tal orden, porque soy abogado. Lo que estoy diciendo es que, en el cumplimiento de su deber, simplemente apliquen elementos de autodefensa“, detalló.
Luego, reiteró que la propuesta era que los efectivos “alentaran a los criminales a luchar, a sacar sus armas” y añadió: “Esas son mis instrucciones, animarlos a luchar, para que cuando contraataquen, los maten, así no habrá más problemas”.
“Esa es mi posición, y si no estás de acuerdo conmigo, lo siento”, le dijo a Hontiveros, quien afirmó: “Es inaceptable para un expresidente decir que un sospechoso debería ser asesinado, porque tenemos el debido proceso”.
Frente a las acusaciones de los senadores, Duterte pidió que lo investiguen solamente a él por la responsabilidad de la lucha contra las drogas. “Investíguenme a mí, no a la Policía”, manifestó.
Víctimas
Según Reuters, organismos de derechos humanos documentaron unas 1.400 muertes sospechosas en Davao durante los 22 años en los que Duterte fue alcalde.
Mientras que, en la guerra contra las drogas, unas 6.200 personas murieron durante las operaciones policiales, hechos que están bajo investigación de la Corte Penal Internacional.