La economía de Estados Unidos avanzó a un ritmo anual del 2.1% en el segundo trimestre de 2019, según el primer cálculo de la evolución del producto interior bruto (PIB) en ese periodo, una señal de ralentización que añade presión a la Reserva Federal (Fed) antes de su reunión de fin de mes.
En el primer trimestre del año, la economía estadounidense había registrado un ritmo de crecimiento del 3.1%.
No obstante, es levemente mejor que las estimaciones de los analistas, que habían anticipado una tasa anual de crecimiento de 1.9%.
El gasto de los consumidores, que en EE.UU. supone dos tercios de la actividad económica, aumentó un 4.3%, frente al 1.1% registrado en el primer trimestre, mientras que la inversión fija empresarial se redujo un 0.8%, la mayor caída en trimestral en tres años.
“Seguimos siendo la economía más atractiva del mundo, y esperamos que siga así”, dijo Larry Kudlow, asesor económico del presidente estadounidense, Donald Trump, en declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca.
Kudlow remarcó que “la economía sigue creciendo pese a un severo ajuste monetario”, en una nueva crítica a la política monetaria de la Reserva Federal.
El presidente estadounidense llegó a la Casa Blanca con la promesa de llevar al país a un crecimiento sostenido por encima del 3% anual, algo que por ahora no ha cumplido.
Para ello aprobó una multimillonaria reforma fiscal que incluyó notables disminuciones de impuestos para las empresas y, en menor medida, para los trabajadores.
Las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), presentadas esta semana, situaron el crecimiento estimado para la primera economía mundial en el 2.6% para este año.
La cifra de crecimiento de EE.UU. del segundo trimestre se da a conocer un poco antes de que la Fed celebre su próxima reunión el 30 y 31 de julio, en la que podría rebajar los tipos de interés, actualmente entre el 2.25% y 2.5%.
Trump ha insistido de manera repetida en que la Fed debería bajar los tipos para impulsar la actividad económica y ha calificado como “un error” la última subida de los intereses, en diciembre pasado.
De producirse este recorte del precio del dinero sería el primero en más de una década en EE.UU.
En los últimos meses, la economía estadounidense ha dado dispares señales sobre su estado.
Por un lado, el mercado laboral mantiene su buena salud, con un índice de desempleo por debajo del 4%, en niveles no vistos en medio siglo, mientras que la inflación se mantiene contenida y por debajo de la meta anual del 2% marcada por la Fed.
Asimismo, la guerra comercial desatada con China por el proteccionismo comercial del presidente Trump ha aumentado la preocupación entre los empresarios, con multimillonarios aranceles tanto a la exportación como a la importación.
Ante este complejo panorama, los expertos esperan que el banco central estadounidense, dirigido por Jerome Powell, rebaje los tipos de interés la próxima semana.
“La Fed todavía tiene luz verde para recortar tipos. Es bastante difícil dar marcha atrás tras apuntar que habrá bajada y los riesgos aún están ahí”, indicó Stephen Gallagher, economista jefe para EEUU de Societe Generale.
Los mercados financieros abrieron la jornada del viernes sin sobresaltos tras conocerse el dato, y el Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, registraba un mínimo avance del 0.05% poco después de la apertura.
En su informe de hoy el Departamento de Comercio revisó a la baja la estimación del pasado año hasta el 2.5%, frente al 2.9% calculado previamente.