Madrid.- El banco de desarrollo de América Latina (CAF) cerró 2020 con más de US$14,000 millones (€11,400 millones) en aprobaciones de préstamos, de los cuales la mayoría fueron destinados a atender el impacto de la pandemia en la región latinoamericana y a mejorar las infraestructuras digitales, terrestres y energéticas.
Según ha informado el organismo en un comunicado, a los efectos económicos y sanitarios de la pandemia, CAF ha destinado cerca de US$4,500 millones (€3,663 millones), mientras que la partida para la mejora de la infraestructura superó los US$2,000 millones (€1,628 millones).
La cifra supone un récord en la historia del banco, que ha prestado más de US$200,000 millones (€162,817 millones) desde 1970.
“CAF es un socio incondicional del desarrollo de América Latina, y muestra de ello es el récord de aprobaciones que hemos realizado en un año complicado como ha sido el 2020”, ha destacado el presidente ejecutivo de CAF, Luis Carranza.
La acción de CAF en sus países miembros para enfrentar la epidemia se materializó, primero, en recursos de cooperación técnica no reembolsables por hasta US$400,000 (€325,626) por país; seguidos por líneas de crédito regionales para eventos extremos del clima, seísmos, accidentes contaminantes y epidemias por valor de US$340 millones (€276.8 millones). Posteriormente se concedieron préstamos por US$4,100 millones (€3,338 millones) procedentes de la línea de crédito contingente regional de apoyo anticíclico para la emergencia generada por el covid-19.
A estas iniciativas se sumaron los préstamos a micro, pequeñas y medianas empresas de la región por US$1,600 millones (€1,302.7 millones), a través de los bancos de desarrollo locales para impulsar su internacionalización, innovación e integración productiva.
Además, se aprobaron líneas de crédito por US$1,200 millones (€977 millones) dentro del Programa de apoyo a empresas de servicios públicos, dirigido a empresas prestadoras de los servicios públicos de energía eléctrica, gas y agua.
En 2020, también se aprobó el inicio de un proceso de fortalecimiento patrimonial de la institución, que permitirá que los países miembros puedan aumentar su capacidad crediticia entre dos y cuatro veces el capital aportado. También se produjo la incorporación de México como miembro pleno de CAF, lo que le permitirá tener un mayor acceso a recursos financieros de largo plazo.