Según autoridades militares estadounidenses, la destrucción de la segunda etapa del cohete Larga Marcha 6A ocasionó más de 300 escombros rastreables en la órbita terrestre baja.

La etapa superior del cohete chino Larga Marcha 6A, que despegó este martes con el primer lote de satélites de la constelación Qianfan, se desintegró en órbita, ocasionado una nube de escombros que están girando alrededor de la Tierra.

China tiene el propósito de construir una gran red de satélites, similar a la de Starlink de SpaceX, para proporcionar Internet de banda ancha a todo el mundo. Se tiene previsto que la constelación Qianfan, anteriormente conocida como G60, cuente con alrededor de 14.000 satélites.

El mismo día del lanzamiento, se reportó que la etapa superior del Larga Marcha 6A desplegó exitosamente 18 satélites en la órbita polar, a una altitud aproximada de 800 kilómetros sobre la superficie del planeta. Sin embargo, la segunda etapa del cohete parece haber colapsado poco después de colocar los dispositivos satelitales.

El Comando Espacial de EE.UU. (USSPACECOM) informó este jueves sobre la desintegración de la sección superior del Larga Marcha 6A. De acuerdo con el organismo, la destrucción de la segunda etapa del cohete chino provocó la aparición de “más 300 fragmentos de escombros rastreables en la órbita baja de la Tierra”. Es posible que el incidente tuvo lugar el miércoles a las 15:48 GMT.

Asimismo, USSPACECOM apuntó que “no ha observado amenazas inmediatas” por este suceso, agregando que continuará “realizando evaluaciones de conjunción de rutina para respaldar la seguridad y la sostenibilidad del dominio espacial”. El término ‘escombro rastreable’ se emplea para objetos que tengan a partir de 10 centímetros de diámetro, explica Space.com, agregando que la nube de basura espacial creada por la desintegración del cohete puede contener fragmentos más pequeños que no pueden ser detectados.

Por su parte, la empresa Slingshot Aerospace reveló que logró rastrear más 50 desechos espaciales asociados con el colapso de la etapa superior del Larga Marcha 6A. Según la compañía, estos objetos “representan un peligro significativo” para las constelaciones de satélites LEO (órbita terrestre baja), por debajo de los 800 kilómetros de altura.

En otro comunicado de Slingshot Aerospace, citado por SpaceNews, se detalla que los sistemas de sensores Horus, diseñados para el seguimiento de satélites LEO, pudieron identificar “una serie de objetos brillantes e inesperados que se mueven a lo largo de la misma trayectoria orbital que el cuerpo del cohete y los satélites G60 que desplegó”.

Hasta el momento, la Academia de Tecnología de Vuelos Espaciales de Shanghái (SAST), que desarrolló el cohete Larga Marcha 6A, no se ha pronunciado sobre el incidente.

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