Creer que las palabras no tienen importancia, usarlas como espadas que hieren y marcan los sentimientos, es un error común en algunas parejas disfuncionales.
Ofender a la familia de nuestro cónyuge, es ir creando las bases para el mal funcionamiento de la relación.
Otro error común es establecer triángulos amorosos y tener otras relaciones a la par que causan dolor y resentimiento, en la relación de pareja.
Creer que solo la otra persona en la relación, es la que debe cambiar, provoca que las pautas disfuncionales se repitan y se mantengan.
Hay que cuidar la comunicación y evitar las críticas constantes que causan dolor, resentimientos y lejanías.
Es vital realizar proyectos conjuntos y cuidar la intimidad y la pasión.
Así, al agregar el compromiso se puede cosechar el amor, como la expresión de un sentimiento maduro que cultiva la dignidad de ambos, en un ambiente de justicia relacional.