La pieza continuará en escena este fin de semana, en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, con funciones el sábado a las 8:30 pm y el domingo a las 7:00 pm
Santo Domingo.- La pieza teatral “La lechuga” se llevó el aplauso del público que acudió a su estreno la noche de este viernes en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, gracias a las destacadas actuaciones de sus protagonistas, quienes de principio a fin atrapan al espectador con una trama que muestra los conflictos que se generan en el seno de una familia de la sociedad actual.
Las acertadas actuaciones de Mateo Gómez (Héctor Córdoba), Sabrina Gómez (Virginia Martínez), Miguel Alcántara (Víctor Martínez), Carmen Rosa Molina (Dora Martínez) y Carlos Espinal (Vinicio Martínez) convencen, en los personajes que encarnan en esta tragicomedia que pone en evidencia la decadencia por la que atraviesan muchas familias.
“La lechuga” nos presenta a los hermanos Martínez junto a sus parejas en el día del cumpleaños de su padre, quien lleva nueve años en delicado estado de salud. Ese día se reúnen en casa de la hermana, dispuestos a soportarse, sabiendo que terminarán como siempre, a las patadas.
El público celebró el humor sarcástico que matiza el montaje y se queda sin aliento en los momentos dramáticos en los que revelan que importa poco la suerte del festejado, quien se encuentra postrado en una cama a la espera de su muerte.
El texto del escritor venezolano César Sierra es una intensa obra cargada de drama, humor y sarcasmo en la que los actores y actrices hacen gala de sus cualidades histriónicas. Una excelente escenografía, acompañada de una adecuada iluminación, así como un vestuario bien seleccionado, constituyen elementos vitales para aportar positivamente al ritmo de la obra.
Una mención especial merece la selección de la banda sonora a cargo del maestro Dante Cucurullo, la cual constituye un soporte importante en la obra.
¿Qué es «La Lechuga»?
“La lechuga” toma cuerpo precisamente en los conflictos que marcan este reencuentro familiar, marcado por el odio, rencores acumulados, silencios miserables y vínculos inexistentes que salen a la luz al mismo tiempo.
La pieza es un retrato universal de lo que pasa hoy en el mundo, en cualquier seno familiar, e invita a una profunda reflexión del público.
Una gran ovación de pie despidió al elenco y su director, Carlos Espinal, aprovechó el momento para expresar su agradecimiento al público por su presencia, el cual desafió el aviso de tormenta que afortunadamente no llegó.
“Gracias a todos por estar aquí esta noche para disfrutar de un montaje preparado con todo el cariño para ustedes y que nos invita a reflexionar”, comentó Carlos Espinal.