El expresidente boliviano, Evo Morales, anunció este viernes que iniciará una “huelga de hambre” en interés de “viabilizar el diálogo” con el Gobierno del presidente Luis Arce y “evitar hechos de sangre” en los desbloqueos de vías que adelantan las fuerzas del orden.
“He decidido, justamente para viabilizar el diálogo, que voy a iniciar una huelga de hambre hasta que el Gobierno instale dos mesas de diálogo: primero, el tema económico; y, segundo, el tema político”, dijo el dirigente izquierdista en una rueda de prensa.
Morales sometió a “consideración” de sus seguidores “analizar el corte intermedio del bloqueo de caminos […] para evitar hechos de sangre y daños económicos”.
En su decir, las negociaciones políticas se justifican porque hay “dirigentes injustamente detenidos, encarcelados y procesados”. Pese a ello, matizó que el Estado debe actuar donde “se corresponda el proceso”, pero no en caso de que las personas hayan sido privadas de libertad “por haberse movilizado o por diferencias ideológicas”.
“Para que el diálogo sea viable y dé resultados, pido la participación de algunos organismos internacionales o países amigos”, completó.
Denuncia
Previamente, Arce denunció que seguidores del líder cocalero asaltaron tres cuarteles militares en la provincia de Cochabamba, cuyo propósito sería “acortar” su mandato.
Las acciones, sostuvo, derivaron en el secuestro de los efectivos castrenses, la toma de armamento de guerra y ataques con balas y explosivos contra funcionarios policiales, conductas que constituyen delitos y que están alejadas de “cualquier legítima reivindicación social del movimiento indígena originario campesino”.
Prometió asimismo llevar “adelante acciones orientadas a reestablecer el orden público, precautelando la vida de las bolivianas y bolivianos, la paz social, así como el derecho del pueblo al libre tránsito, al trabajo, al acceso a combustible, alimentos y medicamentos”.