Al unirse dos personas en una relación se conjugan expectativas y una fantasía de la felicidad. Pero venimos con dos historias familiares y con adversidades que gravitarán sobre la relación.
El dolor emocional aparece cuando la comodidad que sentíamos en la pareja se va alterando por la infidelidad, por el abuso psicológico y físico, por conflictos de lealtad, comunicación hiriente y disfuncional o por enfermedad física o mental.
La felicidad se ahuyenta muy fácil. En la pareja hay tantos y variados conflictos que hacen de la terapia de pareja sistémica un verdadero arte y una disciplina científica en evolución.
A veces la felicidad conyugal se esfuma por falta de justicia relacional o por conflictos generados por diferentes creencias y cosmovisiones que crean conflictos, para una relación funcional y feliz.
Nos vemos atrapados en el proceso de relaciones y conflictos diversos por variables familiares e individuales.
La Terapia Familiar Sistémica es una gran herramienta en la pareja. Nos abre caminos y opciones para lograr mejores relaciones y recuperar la armonía. Nos ayuda a ver el cambio como lograble y a visualizar a ambos cónyuges como parte de un sistema que han creado un mal funcionamiento en la relación.
Al cambiar un cónyuge va cambiando el sistema de relaciones. El cambio debe involucrar a ambos cónyuges, pero en ocasiones el cambio procura aceptar cuando ya el otro cónyuge no nos ama o no quiere continuar en una relación de pareja.