El hedonismo, como búsqueda desenfrenada del placer, no es nuevo, ya planteaba el rey Salomón que no había nada nuevo bajo el sol, sin embargo la institución matrimonial ha sido bombardeada en la sociedad actual y se conserva con un equilibrio cambiante entre nuevos matrimonios y divorcios.
En las sociedades más avanzadas se preconiza que la gente sea independiente, cada quien tenga su propia vida y se respeten a rajatabla los límites de cada quien. En esas sociedades hay muchos divorcios e hijos que viven con uno de los padres.
En otras culturas, además del matrimonio formal, la unión libre tiene las mismas responsabilidades que un matrimonio con hijos, gastos y obligaciones. En cualquier relación de pareja debe existir EL COMPROMISO.
Tenemos que asumir compromisos con la otra persona si queremos que la relación funcione, sin embargo en la cultura actual se cuestiona LA EXCLUSIVIDAD DE LA PAREJA, ya que hombres y mujeres están fallando a este precepto que no es sólo moral, sino que es un requisito para que el sistema funcione bien.
Cuando aparece la deslealtad en la pareja, esto afecta la relación, los hijos se ven trastornados, hay hostilidad, desconfianza, celos y en ocasiones violencia y situaciones de homicidios y suicidios. Todos estos problemas son por alterar el sistema de la pareja con triángulos o terceras personas, lo que en el menor de los casos fomenta la separación.
LA FALTA DE COMPROMISO se visualiza también en aspectos como lo económico y en no ser empáticos con los sentimientos de la pareja, o sea no tomar en cuenta cómo afecta a la pareja nuestra conducta y no ponernos en su lugar. La falta de compromiso se ve en no valorar la familia política de la pareja y en irrespetamos las creencias, valores y cosmovisión de quien nos acompaña a luchar con nuestra soledad y a darle más sentido a nuestra vida.
El egoísmo y buscar nuestro propio placer es un enemigo del proyecto de pareja. Hay que reforzar el COMPROMISO en la sociedad. Los políticos deshonestos y gerencialmente incapaces provocan la separación de muchas parejas que tienen que emigrar por la falta de oportunidades en sus países. El compromiso implica ser éticos en nuestras relaciones, procurando que sean justas y equitativas.
Esto nos permitirá y tener relaciones llevaderas que afronten los retos conjuntamente y que creen un ambiente de convivencia, de desarrollo personal, cuidado y atención a la intimidad y a la pasión y compromiso para estar en la vejez, en la enfermedad y en las crisis económicas.