López Obrador busca que el país latinoamericano produzca “las gasolinas que consume” y que deje de importarlas.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, encabeza este viernes la inauguración de la refinería Olmeca del puerto Dos Bocas, en el municipio de Paraíso, en el estado de Tabasco. La obra es un pilar en la política energética impulsada por su Administración para garantizar la autosuficiencia.
La última refinería construida en México fue la de Salina Cruz, en el estado de Oaxaca, que comenzó a operar en 1979, durante el Gobierno de José López Portillo. En medio de algunos retrasos en la obra, el mandatario anunció que este viernes se daría inicio a las “prácticas para la operación”, es decir, una fase previa a las pruebas y la posterior puesta en marcha de Olmeca.
López Obrador busca que México produzca “las gasolinas que el país consume” y que deje de importarlas. Por ello, se trazó la meta de modernizar las siete refinerías existentes, incluyendo la que Petróleos Mexicanos (Pemex) compró a Shell y que opera en Deer Park (Houston, Texas). A la par, el Gobierno se dio a la tarea de construir la nueva obra en Dos Bocas, una terminal marítima que recibe más de un millón de barriles diarios de crudos de los pozos de Tabasco y de Campeche.
Producción de crudo
En Dos Bocas, la administración de López Obrador estima que en 2023 podría tener la capacidad para procesar hasta 340.000 barriles diarios de crudo.
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Si se toma en cuenta las ocho refinerías, la nación produciría unos 1.880.000 barriles diarios de gasolina, diésel y turbosina, que “equivale a garantizar nuestro consumo interno“, según los cálculos de López Obrador.
Se espera que esta jornada se informe sobre los avances de la refinería. Hasta diciembre pasado, la Secretaría de Energía (Sener) apuntaba que la obra tenía un avance físico del 69,2 % en la instalación de las 17 plantas de proceso, 57 tanques, 34 esferas de almacenamiento, cuarto de control y demás edificios administrativos y de servicios que componen el complejo.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), un centro de investigación en política pública, criticó que la mala planeación de la nueva refinería ha tenido como consecuencia sobrecostos de entre 38 % y 50 % más del presupuesto inicial, que fue de 160.000 millones de pesos (unos 8.000 millones de dólares).