“El proceso de duelo permite buscar para tu ser querido el lugar que merece, entre los tesoros de tu corazón”

Navidad, una época del año mágica, pero también cargada de nostalgia para quienes han perdido a un ser querido.

Estas fechas, destinadas al compartir familiar, se vuelven un desafío adicional cuando falta alguien esencial. La ausencia se hace más evidente, los recuerdos y la tristeza se intensifican, sin importar el tiempo transcurrido desde su partida. 

Cada individuo aborda la pérdida con los recursos que cuenta: algunos encuentran consuelo llorando, otros se aíslan, unos buscan la compañía de amigos para distraerse, mientras que otros prefieren quedarse en casa y no salir. Hay quienes mencionan constantemente al ser querido ausente, mientras que otras evitan hablar de la persona entendiendo que es una forma de evitar el dolor.

Existen muchas reacciones y maneras de enfrentarse a la pérdida, pero todos comparten el desafío de aprender a vivir con la ausencia de alguien tan significativo. Aunque físicamente ya no están, su recuerdo está presente, sentimos su afecto, y más que nunca recordamos sus enseñanzas. 

Pasar la Navidad sin esa persona especial puede desencadenar sentimientos de culpa, como si unirse a las celebraciones fuera a traicionar su memoria, pero no debe ser así, en lugar de ver la participación en eventos festivos como una traición, considera que honrar a tus seres queridos fallecidos es una forma hermosa de mantener viva su memoria. 

La celebración de la Navidad, aunque conlleve momentos difíciles, puede convertirse en un acto de amor y homenaje, recordando las alegrías compartidas y los lazos que perduran a pesar de la ausencia física.

La Navidad se convierte en un momento de reflexión para aquellos que han experimentado pérdidas significativas en sus vidas. La celebración puede representar un reto emocional, ya que la presencia silenciosa de quienes ya no están se hace sentir. Dar un espacio a aquellas personas que ya no están entre nosotros durante las navidades puede ser una experiencia muy valiosa. 

Para aliviar la tristeza, los rituales se convierten en herramientas valiosas y sobre todo para los niños, niñas y adolescentes que puedan estar experimentando estos sentimientos. Por esto, en el día de hoy compartimos algunas recomendaciones de actividades que pueden implementarse durante la cena de Nochebuena y las fiestas de Año Nuevo.

Ofrecer una cena especial

Organicemos un encuentro para homenajear el recuerdo de nuestro ser querido que ya no está con nosotros junto a familiares y amigos cercanos. Compartamos anécdotas, entonemos las canciones preferidas de la persona, mostremos fotos y rememoremos momentos especiales. Este encuentro puede ser una forma hermosa de celebrar la vida de aquellos que ya no están físicamente presentes.

Colocar un adorno en el árbol

Colguemos en el árbol de Navidad un detalle que represente a la persona fallecida. Puede ser un objeto, una frase, una foto o una postal que evoque recuerdos especiales. Este adorno navideño se convertirá en un símbolo significativo para honrar la memoria de ese ser querido.

Dedicar un momento especial. Durante la cena u otro encuentro de esos que se realizan en esta época, realicemos un brindis especial en su memoria. Podemos decir algo significativo acerca de él o ella o dedicarle un momento de silencio. También, encendamos velas en su honor, colocándolas en un lugar especial, puede ser una manera conmovedora de recordarles durante la Navidad.

Escribir cartas o tarjetas

Escribamos mensajes que expresan recuerdos, eventos especiales, felicitaciones o mensajes de amor. Estas cartas pueden leerse en voz alta entre todos o guardarse de manera privada, es una manera de poner en palabras o verbalizar lo que sientes y los momentos bonitos que has vivido junto a este. Otra opción creativa es colocarlas en globos o lámparas y dejarlos volar, principalmente si hay niños o niñas presentes.

Preparar su plato favorito

Cocinemos para la cena un plato especial de nuestro ser querido que ya no se encuentra físicamente con nosotros y compartamos los recuerdos asociados con ese alimento. El aroma y el sabor pueden evocar momentos mágicos y recuerdos especiales, creando una conexión emocional a través de la comida. En estas fechas es natural reunirnos en torno a una mesa y una buena manera de recordarles es preparar ese plato que le gustaba tanto. 

Fortalecer las tradiciones heredadas

Recreemos alguna tradición que compartíamos con esa persona en Navidad. Mantener viva una tradición especial es una manera preciosa de rendir homenaje y honrar su memoria. Puede ser visitar su lugar favorito, ver su película preferida o realizar alguna actividad que solían hacer juntos.

Crear un cofre de los secretos

Este ritual consiste en guardar en un lugar especial algunos objetos que evocan recuerdos significativos. Podemos utilizar un cofre o una caja para colocar fotos, cartas, prendas de ropa, regalos, cd de música, o cualquier elemento que te recuerde a la persona fallecida. Abrir este cofre periódicamente puede ser difícil al principio pero luego puede transformar el dolor en sonrisas al recordar momentos bonitos y mantener viva simbólicamente la memoria de ese ser querido.

Identificar cuándo buscar ayuda

Si la tristeza es muy profunda y dificulta seguir adelante, es importante buscar ayuda profesional. Los expertos en duelo ofrecen orientación y apoyo para sobrellevarlo de manera saludable. No dudemos en acudir a profesionales capacitados cuando lo necesitemos.

Estos rituales ofrecen un momento para reflexionar sobre las memorias compartidas y proporcionan una oportunidad para honrar su legado y las enseñanzas que dejaron. Pueden ser flexibles y adaptarse a las preferencias personales y a las tradiciones de la persona. La clave es construir un espacio significativo donde se pueda recordar y celebrar la vida de aquellos seres queridos que ya no están físicamente presentes.  

Al hablar de aquellos que han partido, es normal que surjan sentimientos de nostalgia, pero este acto de recordar libera las emociones y contribuye al proceso de superar el duelo. Compartir historias, anécdotas y recuerdos durante la Navidad es una forma de mantener viva la conexión y también ayuda a reconfortar el alma y a fortalecer el vínculo emocional con aquellos que aún están presentes en nuestras vidas.

Fuente: Instituto 512

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