Las parejas acuden a Terapia en diferentes etapas y ciclos. Lo hacen cuando hay infelicidad, dolor o se siente que no hay comprensión y que la relación es un espacio de discusiones y heridas emocionales. 

Lo sencillo se convierte en complejo en algunas parejas. En ciertas relaciones no hay infidelidad; pero tienen una comunicación disfuncional o hábitos muy diferentes que les causan insatisfacción. 

Existen parejas donde uno es muy organizado y la otra persona no. Uno puede ser muy afectivo y el otro seco. Cuando hay infidelidad, el cónyuge abusado pasa por emociones como la rabia, vergüenza y culpa. Se ve en el dilema de perdonar o no y de enfrentar una nueva etapa, si perdona, buscando recuperar la confianza y el buen funcionamiento de la relación.

La terapia familiar y de pareja es inmensa, porque ayuda a enfrentar diferentes pautas disfuncionales y a reforzar el compromiso en la relación de pareja. 

En ciertas parejas el punto sexual es el que provoca la ayuda profesional. Se mejora en terapia la intimidad y pasión, y se tratan las disfunciones sexuales, si existen.

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