Gilberto Soriano Román

Santo Domingo, RD.-El próximo primero de diciembre se llevarán a cabo las elecciones del Comité Olímpico Dominicano (COD), que es la cabeza de la pirámide olímpica.

Quienes salgan electos en el nuevo Comité Ejecutivo del COD para los próximos cuatro (4 ) años tiene muy poca relevancia para nuestro país; pero la forma de como se gestione el proceso eleccionario, es lo que verdaderamente importa, ya que allí se encuentran nuestros atletas, dirigentes, y es la única estructura deportiva que tienen los dominicanos para acceder al deporte.

Por lo tanto, es de vital trascendencia la manera de como se desarrolle y se cumpla con los principios democráticos y transparencia de equidad e igualdad.

Ámbito Comparado

Llevar el deporte como un derecho fundamental lo convierte en un bien público, y transforma a las organizaciones deportivas en instituciones privadas de interés público, obligando al Estado a través de una ley a regular y ordenar la vida deportiva de un país, interpretando los valores constitucionales a todas las instituciones deportivas de una nación.

En el caso de España, en su última modificación a la Ley del Deporte Española creó la Junta de Garantías Electorales, que es un órgano adscrito al Consejo Superior del Deporte, que supervisa los procesos que se apeguen a los valores universales y constitucionales del país. Agregándole la figura del Tribunal Administrativo del Deporte que funge en última instancia para dirimir los conflictos.

De igual forma, México en el año 2018 hizo la última modificación a la Ley de Cultura Física y el Deporte, y estableció el Consejo de Vigilancia Electoral Deportiva (COVED), que tiene la responsabilidad de velar para que los procesos se apeguen a los valores constitucionales, las leyes, reglamentos y que cumplan con los principios de legalidad, transparencia, igualdad y equidad; dentro del marco de los principios democráticos.

Asimismo, México estableció una jurisdicción especializada en el deporte, la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte (CAAD) que es un recurso que funciona como última instancia para conocer las controversias que se originan.

En ese mismo orden, Colombia ordena en su constitución que todas las instituciones deportivas privadas deberán ser democráticas.

Como podemos ver en el ámbito internacional, cada país ha hecho un marco regulatorio con la finalidad de que prevalezcan los principios democráticos dentro de las instituciones deportivas.

República Dominicana

En nuestro país, se ha vendido la idea de que el Movimiento Olímpico Dominicano es autónomo, por lo tanto, no tiene ningún tipo de regulación del Estado, lo cual es una abnegación de lo que establece la propia Ley General del Deporte 356-05, donde tiene mandatos específicos para ordenar la vida deportiva nacional.

Lo cierto es que cada uno de esos mandatos han sido ignorados para establecer un universo de arbitrariedades, dejando de lado los mandatos constitucionales y la ley, abriéndoles la puerta a la anarquía y al desorden institucional, sin que exista una autoridad que de manera imparcial y justa haga cumplir con las normas y principios democráticos dentro de nuestras instituciones deportivas.

El Comité Olímpico Dominicano goza de una autonomía en su accionar, está apegado a una serie de valores universales que son cónsonos con los valores constitucionales y los principios democráticos de conformidad a sus estatutos.

Por lo tanto, el Estado tiene el derecho de supervisar como los demás países, que el proceso eleccionario de las instituciones deportivas de nuestro país se apegue a esos valores, surja la meritocracia dentro de las instituciones deportivas, y que produzca la convivencia pacífica, uno de los roles fundamentales del deporte.

En República Dominicana se ha ignorado el alcance de la constitucionalización del deporte y cada uno de sus preceptos, y de la vinculación que tienen los principios democráticos con las instituciones públicas y privadas. Es la razón fundamental por la que el Movimiento Olímpico Dominicano no sale de una crisis permanente, en que la lucha de los intereses legítimos e individuales de cada quien son aplastados por el abuso de la autoridad, llevando consigo los derechos de cada uno de nuestros atletas que son los que más sufren, la forma descarnada de cómo actúan algunos dirigentes deportivos dominicanos.

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