El asesor global de Unicef abogó por ‘centros de cuido’ en las empresas locales que garantizan mayor productividad.

Santo Domingo.-Los efectos del cambio climático se han convertido en una realidad palpable, impactando a sectores económicos como a la salud a nivel global. En este contexto, la primera infancia emerge como la población más vulnerable, ya que el desarrollo cerebral durante los primeros años de vida es fundamental para determinar la capacidad futura de los niños.

Al respecto, Adrián Cerezo, asesor global del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Desarrollo Infantil Temprano y Cambio Climático, enfatizó que el Gobierno dominicano tiene la responsabilidad de garantizar que todos los niños menores de tres años tengan acceso a cinco dimensiones clave que son esenciales para el “éxito” en esta etapa: atención a la salud, nutrición adecuada con promoción de la lactancia materna y micronutrientes, estimulación del aprendizaje temprano, espacios que fomenten el desarrollo socioemocional (cuidado materno) y un entorno seguro y protegido.

Cerezo sostuvo que, si se abordan estas cinco dimensiones, los infantes podrán desarrollar un alto nivel de resiliencia y alcanzar su máximo potencial, independientemente de las adversidades climáticas u otros desafíos. Además, subrayó que estas inversiones generan una triple ganancia: no solo cada niño tiene la oportunidad de alcanzar su máximo potencial, sino que también se fortalecen las familias y las comunidades, haciéndolas más resilientes y adaptativas al cambio climático, lo que contribuye al logro de las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.

Los programas de cuidado que apoyan el desarrollo de la primera infancia tienen un impacto duradero”, manifestó. “Contribuyen a reducir la pobreza, generan efectos positivos en la educación, mejoran la nutrición, disminuyen las enfermedades relacionadas con el agua, promueven el bienestar general, fomentan la equidad de género y elevan la calidad del empleo al ofrecer mayores salarios”, agregó Cerezo en decalraciones para elDinero.

En relación con el cambio climático y la vulnerabilidad infantil en República Dominicana, Cerezo reconoció que se ha avanzado en este ámbito. Valoró los programas de cuidado implementados por el Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI), aunque también señaló el desafío que representa mejorar los Centros de Atención Integral a la Primera Infancia (Caipi) y asegurar una distribución equitativa para garantizar un acceso oportuno y adecuado. En este sentido, exhortó al sector empresarial a involucrarse filantrópicamente.

“Es fundamental reconocer que invertir en la primera infancia representa una oportunidad significativa. Hay una alta ganancia por capturar. Al elevar este tema dentro del contexto de las conversaciones sobre cambio climático, podemos crear las condiciones necesarias para acceder a recursos económicos internacionales destinados a apoyar a los países más vulnerables”, enfatizó el científico ambiental.

Cerezo también alertó sobre una preocupante estadística: “En República Dominicana, aproximadamente el 1.03% de los niños mueren antes de cumplir cinco años; esta cifra seguramente aumentará con eventos climáticos extremos. El problema más grave radica en que entre un 30% y un 40% de los niños enfrentarán problemas severos como estrés tóxico, malnutrición o enfermedades debilitantes, lo cual les dificultará alcanzar su potencial”.

Destacó que ser uno de los países más vulnerables ante estos efectos pone en riesgo a más de 2.7 millones de niños menores de 14 años expuestos a condiciones adversas como escasez o mala calidad del agua, inundaciones repentinas y enfermedades transmitidas por insectos como dengue o chikungunya, así como sequías y otros fenómenos climáticos.

Mayor apoyo empresarial

El estudio “La inversión pública dirigida a la niñez y adolescencia en República Dominicana en el 2021”, presentado en 2023 por el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani) y Unicef, reveló que la inversión pública en este sector alcanzó un 5.7 % del producto interno bruto (PIB), lo que representa un aumento de 0.6 puntos porcentuales desde 2016.

La inversión per cápita anual por niño, niña o adolescente fue de RD$90,070.4 (aproximadamente US$1,574.7), lo que equivale a RD$246.8 diarios, con un incremento del 48.8% respecto a 2016.

Cerezo destacó que el sector empresarial debe involucrarse en esta causa, afirmando que “invertir en la primera infancia no es solo un asunto de mujeres; es una prioridad para fortalecer nuestros sistemas económicos”.

También propuso que las empresas implementen centros de cuidado para los hijos e hijas de sus empleadas, lo que aumentaría la productividad y promovería la equidad de género en el trabajo. “Esto reduce ausencias laborales y mejora el bienestar en las empresas”, puntualizó Cerezo.

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Por El Dinero