Pequeñas producciones audiovisuales impulsan sector cinematográfico en República Dominicana.

República Dominicana, en algo más de una década, ha sido escenario de 900 producciones cinematográficas, de las cuales más de 400 se reportaron solo en los últimos cuatro años. Estas cifras posicionan al país como un destino idílico para filmar, por sus playas paradisíacas, montañas, bosques, y claro, facilidades para grabar, gracias a la Ley 108-10, promulgada en 2010 con el objetivo de fomentar el desarrollo de la industria cinematográfica.

Como resultado, República Dominicana, desde 2014 ha movilizado más de RD$62,692 millones solo en inversiones para producciones locales y extranjeras. De acuerdo con datos y estadísticas de la Dirección General de Cine (DGCine), mientras los proyectos que llegan desde otros países atraídos por los incentivos fiscales o solo por escenarios naturales, han recibido más RD$46,030 millones, las filmaciones nacionales suman RD$16,662 millones.

Sin embargo, no todo ese dinero fue resultado de los beneficios de la Ley de Cine. A pesar de las facilidades que ofrece, apenas 71 producciones han sido beneficiadas del artículo 39 y 423 hicieron uso del artículo 34. Es decir, apenas algo más de la mitad se acogió a los incentivos que ofrece el Estado dominicano al cine. La razón estaría en que, en su mayoría, son pequeñas producciones audiovisuales, como videos, cortometrajes, comerciales, “realities”, seriados o películas de bajo presupuesto.

“No todas se acogen a los incentivos, pero eso pasa por muchas razones. Para comenzar, para aplicar a los incentivos, el presupuesto debe pasar de US$500,000. Muchas de esas producciones que hacen son producciones pequeñas, como videoclips, tal vez un capítulo de una serie, una escena de una película”, explicó el director y productor cinematográfico Hans García, quien también preside la Asociación Dominicana de Profesionales del Cine (Adocine).

Entonces, ¿si las producciones no aplican, el incentivo es ineficiente? La realidad es que no. Marianna Vargas Gurilieva, titular de la DGCine, afirmó a elDinero que esas pequeñas producciones que no se acogen al incentivo, “son una buena señal”. Explica que denota que el país tiene que trabajar en ofrecer a ese nicho específico, aunque pequeño, activos. “Me refiero a crew especializado, infraestructura, locaciones interesantes con una articulación interinstitucional, equipos, etc”. En sus palabras, entiende que vienen al país por otros beneficios más allá de los que ofrece la Ley de Cine.

Ingresos

Desde la DGCine sostienen que las producciones tanto locales como extranjeras, inyectan en un corto período una gran inversión de forma atomizada; beneficiando a las grandes industrias como turismo, transporte, alimentos y bebidas, así como a pequeños proveedores. Pero para Vargas, lo más importante es la imagen que refleja el país al atraer producciones cinematográficas.

“Es una industria basada en experiencias. Eres tan bueno como país, como oferta, como lo fue la última experiencia que ofreciste”, comentó Vargas. De hecho, aprovechó la conversación con elDinero para comparar el cine y los incentivos ofrecidos con el sector turismo, que goza de iguales beneficios para los inversionistas.

“Míralo como el sector turismo. A la primera mala experiencia que tiene un turista en República Dominicana, no vuelve. Lo mismo pasa en cine. Por eso es la correlación entre ambos sectores tan fuerte. En nuestro sector, un turista es equivalente a una producción de millones”, señala.

En ese sentido, García agrega, sobre las producciones que no aplican a la Ley de Cine, que, aunque no llegan por los beneficios que se ofrecen, o llegan con presupuestos reducidos, lo hacen por la capacidad y estándares del país. “Vienen muchos a filmar aquí por las condiciones que ofrece el país y por la capacitación que tienen los técnicos dominicanos y también los equipos que siguen aquí”.

Actualmente, República Dominicana ofrece estudios de cine, salas de postproducción de video y sonido, salas de animación, empresa de alquiler de equipos de filmación, transporte e infraestructura donde se producen las películas. Ante ese panorama, Vargas incentiva a que se continuen las producciones, aunque entiende que no es algo que depende de una sola institución, sino todo el engranaje.

“Desde los alcaldes que dan un permiso para filmar en un espacio público, el Intrant que gentilmente apoya en el cierre de calles, el hotel en el que se hospedan cientos de personas, la compañía de “catering” que asegure usar productos frescos y estar a tiempo. También que las mipymes puedan emitir todas las facturas con NCF aún en el lugar más remoto, que los choferes que cumplan con las normas de tránsito y tengan vehículos en óptimas condiciones, ministerios en general que dan permiso. Que Aduanas agilice el proceso de importación, Hacienda y DGII en la emisión del incentivo, y un mercado con dinamismo para hacer líquido el incentivo”, concluyó.

Beneficio

El incentivo de crédito fiscal según la Ley de Cine dominicana permite deducir gastos de preproducción, producción y postproducción de obras cinematográficas y audiovisuales. Estos gastos deben estar debidamente respaldados por facturas y documentación apropiada.

Para ser elegible, el presupuesto de la obra debe ser autorizado por la DGCine y los gastos realizados deben alcanzar al menos US$500,000. Este crédito fiscal puede aplicarse tanto a presupuestos ejecutados parcial como totalmente, ofreciendo un estímulo significativo para la industria cinematográfica local y atrayendo inversiones en el sector audiovisual dominicano.

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Por El Dinero