Mónica Caballero, expareja de Francisco Solar, fue sentenciada a 12 años de prisión como cómplice.
La Justicia chilena condenó este jueves a 86 años de cárcel a Francisco Javier Solar Domínguez por la colocación y activación de artefactos explosivos en Santiago y por dos delitos de homicidio frustrado.
El Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago detalló que Solar, un antropólogo conocido como ‘Cariñosito’, fue condenado a “cuatro penas de 12 años de presidio como autor de colocación y activación de artefactos explosivos” y a otros 15 y 12 años de prisión “como autor de homicidio frustrado de carabinero y homicidio frustrado“.
Además, se le condenó a seis años por lesiones graves y 600 días por lesiones menos graves a carabineros; y cinco delitos consumados de lesiones leves a carabineros en ejercicio, con una sentencia de 100 días para cada uno de los crímenes.
Su expareja, Mónica Caballero, fue sentenciada a 12 años de cárcel como cómplice de dos delitos de colocación y activación de artefactos explosivos.
A ambos se les conmutará el plazo que pasaron en prisión preventiva.
El titular regional de la Fiscalía Metropolitana Sur, Héctor Barros, se mostró satisfecho con las condenas y destacó “el gran trabajo” realizado.
Fiscalía de Chile detiene a dos personas acusadas de enviar una bomba a un exministro
Detenidos en 2020
Solar y Caballero, calificados por los medios como anarquistas, fueron detenidos en 2020. Este jueves, la Justicia determinó que Solar es culpable del envío de un paquete bomba a una comisaría en la comuna de Huechuraba el 24 de julio de 2019 desde una oficina de correos y que dejó ocho carabineros heridos.
Además, el 25 de julio de ese mismo año, mandó otro paquete al consorcio empresarial Quiñenco destinado al exministro del Interior Rodrigo Hinzpeter. En ese caso, el Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) desactivó el explosivo.
Asimismo, se le declaró culpable de la explosión de dos artefactos en el edificio Tánica de Vitacura en febrero de 2020.
Implicados en otros casos
La pareja ya había sido protagonista de otros graves delitos por el uso de explosivos con aparentes fines políticos.
En 2010, quedaron absueltos en el denominado caso ‘Bombas I’, donde se investigaba la colocación de explosivos en varios puntos de la capital a partir de enero del 2009. La Justicia sostuvo entonces que el Ministerio Público no había podido acreditar su participación en estos atentados contra el orden público.
Al quedar libres, decidieron viajar juntos a Barcelona. El 13 de noviembre del 2013 fueron detenidos acusados de colocar un explosivo en la Basílica del Pilar, ubicada en Zaragoza (España).
Tras cumplir la condena, en 2017 fueron deportados y volvieron a Chile.