En 2023 el país fue capaz de abastecer casi el 90% de la demanda interna, según estadísticas de Agricultura.

Santo Domingo.-La autosuficiencia alimentaria en República Dominicana genera debate. Las cifras oficiales varían dependiendo del gobierno de turno. Mientras administraciones anteriores afirmaron suplir entre el 83% y el 85% de los alimentos que demanda la población, el presidente Luis Abinader anunció recientemente que, al cierre del año pasado, se alcanzó el 90%.

En años anteriores, el exministro de Agricultura, Ángel Estévez, durante el mandato del presidente Danilo Medina, afirmó que el país producía alrededor del 85% de los alimentos consumidos, con una meta de alcanzar el 100% para 2020. Este objetivo, según Estévez, no sólo garantizaría la seguridad alimentaria, sino que también permitiría exportar parte de la producción, generando ingresos significativos para la economía nacional.

Sin embargo, el también exministro de Agricultura, Osmar Benítez, ofreció una versión ligeramente diferente, afirmando que la producción nacional cubre el 80% de los alimentos que consume el país. Benítez subrayó que esta cifra fue respaldada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Banco Central (BC), y explicó que la seguridad alimentaria se puede lograr tanto a través de la producción interna como de la importación de alimentos necesarios.

En contraste, el presidente Abinader, en su reciente anuncio durante LA Semanal, elevó esta cifra al 90%, destacando los esfuerzos de su administración en garantizar la seguridad alimentaria.

La autosuficiencia alimentaria en República Dominicana presenta un panorama mixto cuando se observan los datos de los últimos cinco años.

Según las estadísticas del Ministerio de Agricultura, el país ha logrado autosuficiencia en algunos productos clave, mientras que en otros todavía enfrenta desafíos. Por ejemplo, en el caso del arroz, la producción promedio anual fue de 13,862,552 quintales, frente a un consumo interno de 14,386,974 quintales. Esto implica que, aunque la producción es alta, aún hay una necesidad de importación para cubrir la demanda total.

En contraste, el país ha demostrado autosuficiencia en productos como los huevos y los plátanos. La producción promedio de huevos fue de 4,754,793 quintales, superando ligeramente el consumo interno de 4,721,200 quintales. De manera similar, la producción de plátanos fue de 24,869,370 quintales, excediendo el consumo interno de 24,795,832 quintales.

No obstante, la producción de habichuelas y carne de pollo presenta un déficit. Durante el período de 2019 a 2023, la producción promedio de habichuelas fue de 885,964 quintales, mientras que el consumo interno alcanzó los 2,057,139 quintales, lo que indica una dependencia de las importaciones para este producto básico. En cuanto a la carne de pollo, la producción fue de 7,744,756 quintales, frente a un consumo interno de 8,420,132 quintales.

En el año prepandemia la producción agropecuaria nacional alcanzó los 207,522,143 quintales, lo que representó el 88.5% del consumo interno estimado de 234,597,474 quintales. Este año marcó uno de los picos más altos en términos de autosuficiencia.

El año 2020, sin embargo, mostró una ligera disminución en la autosuficiencia, alcanzando solo el 87.6%. La producción se redujo a 197,309,571 quintales frente a un consumo interno de 225,208,415 quintales. Este descenso puede atribuirse a diversos factores, incluyendo las dificultades por la pandemia del covid-19, que afectaron tanto la producción como la logística de distribución de alimentos.

En 2023, la autosuficiencia alimentaria volvió a aumentar, alcanzando el 88.7%. De acuerdo con Agricultura, la producción nacional subió a 278,144,377 quintales, mientras que el consumo interno estimado fue de 313,686,237 quintales.

¿RD es autosuficiente?

En el país, la materia prima utilizada para la producción de alimentos es importada. Insumos esenciales como el trigo, el maíz y la soya, además de gallinas ponedoras, son traídas para suplir la demanda interna y garantizar la producción de alimentos básicos. Esta dependencia de importaciones convierte al mercado dominicano en susceptible a las fluctuaciones de los precios internacionales.

El aumento en los precios de importación tiene un impacto directo en el costo de producción de alimentos en el país. Cuando los precios internacionales de estos granos aumentan, el costo para los productores locales también se incrementa, lo que eventualmente se refleja en los precios al consumidor.

Además, las variaciones en el tipo de cambio del dólar pueden agravar esta situación. Un dólar fuerte puede encarecer las importaciones, haciendo que los productos finales sean más caros en el mercado local, afectando así el poder adquisitivo de los consumidores dominicanos.

De acuerdo con el Banco Central (BC), al cierre de 2023 se observó una contracción de 8.0% en la producción de arroz reflejada por el impacto de las altas temperaturas experimentadas en los meses de verano, lo cual afectó a la región Cibao e incidió negativamente en la cuenca Yuna, la principal fuente de agua.

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Por El Dinero