Fue la primera bomba nuclear probada por EE.UU. antes de los bombardeos a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
Un grupo de científicos ha señalado que la detonación de la bomba atómica Trinity en Nuevo México (EE.UU.) pudo ocasionar casos masivos de cáncer debido a la alta exposición de ciudadanos a la lluvia ácida.
El artefacto explotó en el desierto de Nuevo México el 16 de julio de 1945. Fue la primera bomba nuclear probada por EE.UU. antes de los bombardeos a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo con una investigación de los científicos del Instituto Nacional del Cáncer en EE.UU., publicada en la revista Health Phayscs, la explosión provocó que muchas personas de Nuevo México tuviera altos niveles de exposición a radiación nuclear.
“La detonación nuclear expuso a los habitantes de Nuevo México a diversos niveles de radiación por la lluvia radiactiva, dependiendo en parte de la región del estado en que vivían, cuánto tiempo estuvieron dentro de estructuras protectoras en los meses posteriores a la prueba y cuánta radiación ingresó en sus cuerpos mediante alimentos y agua contaminados“, según una síntesis de la investigación.
75 años sin compensaciones
Una situación que, de acuerdo con los científicos Harold Beck, Steven Simon, André Bouville y Anna Romanyukha, pudo haber derivado en casos masivos de cáncer cuyo número exacto aún se desconoce.
“La preocupación es que la inhalación de plutonio podría provocar a un mayor riesgo de cáncer de pulmón, hueso o hígado. La dosis de radiación sería una consecuencia de la inhalación de partículas respirables de lluvia radiactiva descendente o de suelo contaminado resuspendido por el viento, la actividad humana u otra actividad”, señala el estudio.
Los científicos aclaran que la exposición radioactiva por Trinity fue pequeña en comparación con otra explosión nuclear en el desierto de Nevada.
Los habitantes de Nuevo México han luchado durante 75 años para que el Gobierno de EE.UU. reconozca los daños ocasionados e incluya a los afectados en un programa federal de compensaciones.