En estos días he escuchado minuciosamente las opiniones de muchos ”interesados” por la educación de nuestra nación dominicana. 

Les confieso amigos míos que solo se trata de observaciones con neutralidad ética, realizadas a ciudadanos que hacen uso democrático de la opinión pública relativo a estos menesteres.

Llama poderosamente mi atención la divergencia de criterios, entre profesionales de distintas área del saber, adeptos a entidades políticas, religiosas, etc.

Con relación a la decisión tomada por el Consejo Nacional de Educación y el actual ministro con la remoción de directores regionales y distritales, crea por sí misma una dicotomía.

Recuerden que estudiarse a sí mismo, es un arte muy difícil.

¿Todos los sectores tienen razón?

Pues sí,  todo depende del cristal con que se mire ya que cada uno vela por su propio interés dejando de lado el desarrollo de la nación. El resultado final de esto es el caos y el atraso.

El art. 139, cap. III de la Ley General de Educación sobre el ingreso a la carrera docente y la estabilidad en el empleo señala que: “los cargos administrativos-docentes y Técnicos de los diversos niveles del sistema educativo público,  serán servidos previos concursos de oposición, o por oposición y méritos profesionales”

La nación debe exigir a viva voz respeto a las leyes.

En la gestión anterior se irrespetó la ley. Como consecuencia se sometió al entonces incumbente ante los tribunales, siendo los abogados del gremio de maestros el hoy consultor jurídico Antoliano Peralta y Jorge Prats los cuales cobraron honorarios por RD$5, 000,000, cuyo fallo está pendiente.

Me apena informar que, de manera irresponsable una parte del gremio no se sumó a la lucha en demanda del respeto a la carrera docente, alegando que era un conflicto de intereses entre funcionarios de un mismo partido y no un peligro a la carrera.

Hoy favorecemos la revisión por parte de las nuevas autoridades, no así la violación descarada a la ley bajo el alegato de que otros lo hicieron antes. 

Si habrán cambios deben ser positivos y que se llame a concurso de ley.

Una sociedad que vive tejiendo sueños de bienestar que al despertar el azar derrota por la ancha brecha que existe entre lo virtual y lo real, pero con un modelo de individuo que entiende que hablar mucho y a viva voz es tener siempre la razón, no avanzará hasta que dejen de lado las ideologías partidarias y se enfoquen en la ideología común: Educación de la nación.

Olvidamos que el que no lee tiene que creer lo que le dicen y quien no investiga no tiene derecho a la palabra.

Invito a los teóricos a analizar los puntos que demanda el magisterio y a hacerlo con objetividad, esto no aplica para las bocinas de ningún partido solo para los que tienen materia gris en el cerebro.

Por: Winder Vargas

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