Dr. Octavio Féliz Vidal, Terapeuta Familiar y Sexual

El joven David me recordó varias veces hoy que “el problema no es el problema. El problema es cómo afrontamos el problema”. Es una paráfrasis de Virginia Satir. A veces las dificultades y los conflictos nos agobian y no encontramos la solución correcta.

 Intentamos soluciones que nos agravan la situación. Abordamos mal la conducta no deseada de un hijo, o no sabemos mejorar la distancia que se ha creado con nuestra pareja. El como afrontamos el problema, es el verdadero problema.

 Al entender el problema y abordar soluciones diferentes, sin repetir las soluciones del tipo más de lo mismo, podemos ver la solución de nuestra situación. Otras veces nosotros convertimos en problemas situaciones que no lo son.

Cuando estamos reactivos y estresados podemos ser ofensivos y crear situaciones complicadas, al perder el control emocional.

Frente a un problema debemos actuar con buen control emocional, para permitir que una solución racional surja.

Bowen decía que si quitamos el piloto automático emocional y permitimos que aparezca una solución intelectual basada en la razón, eso sería útil para resolver problemas familiares, de pareja, laborales y de diferentes tipos de relaciones.

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