Lumy Lizardo ofrece un sólido trabajo, aunque en ciertos momentos su interpretación parece inclinarse hacia la parodia.
Santo Domingo.- La película “La Grande” es un tributo emocionante y vibrante a Fefita La Grande, una de las figuras más queridas y legendarias de la música típica dominicana.
Antonio Rubio, productor radicado en Nueva York, se embarca en este proyecto como un acto de admiración y valentía, rindiendo homenaje a la vida y trayectoria de Fefita en una época en que la industria del cine dominicano sigue creciendo y explorando nuevos horizontes
La historia sigue los diferentes capítulos en la vida de Fefita, desde su niñez, cuando soñaba con ser cantante de música típica, hasta su consagración como ícono del género en un mundo dominado por hombres.
La interpretación de Fefita se divide en tres etapas, encarnadas magistralmente por tres actrices: Fhadly Jacobo como Fefita niña, Mariela Pichardo “La Marimba” como la joven Fefita, y Lumy Lizardo en su etapa adulta.
Mariela Pichardo, en su debut cinematográfico, destaca con una interpretación cautivadora, haciendo justicia al carácter y a las canciones de “la Vieja Fefa”.
Por su parte, Lumy Lizardo también ofrece un sólido trabajo, aunque en ciertos momentos su interpretación parece inclinarse hacia la parodia.
Tito Rodríguez, el director, se luce en esta cinta, quizás logrando su mejor trabajo hasta la fecha, incluso superando sus producciones anteriores como Rafaela y La Familia Reina.
Rodríguez logra sacar lo mejor de La Marimba y del resto del elenco, creando una estética envolvente y un manejo hábil del color y las transiciones, que dan vida a las distintas épocas representadas en la película.
El guion, con gran esfuerzo, encapsula en apenas una hora y media los momentos más importantes de la vida de Fefita: sus inicios, su primera relación amorosa, sus vínculos familiares, su enfermedad, y el ansiado momento en que recibe el Gran Soberano, el máximo reconocimiento en la industria artística dominicana.
La música es tan poderosa que invita a bailar en cada escena, y la fotografía de Francis Adames es impecable, tal vez su mejor trabajo hasta la fecha.
La edición y colorización complementan a la perfección el tono de la película.
En conclusión, La Grande es un proyecto digno, un homenaje en vida a una gran artista, y una figura querida por el público. Una película que el pueblo dominicano debe apoyar, y con la que seguramente reirán, llorarán y bailarán.