KSR02. PHNOM PENH (CAMBOYA), 30/01/2018.- Varios camboyanos usan sus teléfonos móviles en una cafetería de Phnom Penh (Camboya) hoy, 30 de enero de 2018. Varios medios informaron que el número de usuarios de teléfonos móviles aumentó hasta alcanzar los 19 millones. EFE/ Kith Serey

Dr. Octavio Féliz Vidal, Terapeuta Familiar y Sexual

Somos una especie creada para interactuar con otros. Sería difícil conformar el potencial humano sin esa relación dialéctica con otras personas. Son nuestras oportunidades para crecer. Los choques con otros y los obstáculos, son el estímulo para llegar a la condición de ser humano.

En esa carrera existencial luchamos con fuerzas que no podemos cambiar y con otras que están bajo nuestro control. La biología aparece como una fatalidad que no podemos variar. La genética nos puede predisponer a un tipo de temperamento y a algunas enfermedades mentales y otras físicas. 

La fuerza del azar impactan nuestra historia. Un terremoto, un ciclón, un ataque terrorista o una crisis financiera nacional se convierten en eventos que escapan de nuestro control.

En todas las situaciones mencionadas encontraremos a personas mejor preparadas para enfrentar las pérdidas. Y otros son más vulnerables. Algunos no toleran bien las críticas, ni la decepción. Para muchos su mundo interior no tiene barreras, sus fronteras son muy abiertas y su felicidad o infelicidad dependen de lo que pasa afuera y no de su interior. 

Si miramos internamente podemos fortalecer nuestro carácter y podremos interpretar mejor nuestras relaciones. Debemos tener expectativas no exageradas de los demás. No esperar demasiado nos ayuda a sufrir menos. Fortalecer nuestra manera de pensar y mejorar nuestras capacidades emocionales. Controlar las emociones y ser más empáticos.  No permitir que las influencias externas nos despersonalicen. Es recomendable que  mantengamos nuestro yo frente a las influencias, que  conservemos la identidad familiar y nacional frente a una cultura aplastante en la era digital, que requiere para la industria personas lighs, sin diferencias, sin identidad y con ideas susceptibles a la manipulación. 

Las redes sociales y lo digital penetran como intrusos en nuestras casas y en el descuido familiar que nos impone la vida moderna con sobre trabajo, estrés y pluriempleo. Nuestros hijos van adquiriendo creencias y pautas foráneas, ideologías de grupos que defienden posturas filosóficas o ideologías sexuales y de género en moda. Se llega a la promoción incluso, de autodestrucción como la promoción del Cutting y suicidio en adolescentes o los absurdos retos que ponen en riesgo a niños y adolescentes.

El reto de las familias es disciplinar en esta era digital a hijos conectados con el mundo, pero que no pierdan conexión con la familia y su cultura. Deben tener herramientas tecnológicas para no estar en desventaja con su generación actual, pero debemos supervisar el proceso y cuidar su salud mental, cuidando que no ingresen en adicciones y que no sean propensos a depresión ni a suicidio. 

Los jóvenes y niños que dedican tiempo excesivo a las pantallas descuidan las relaciones en el mundo real y su contacto con la naturaleza y se pueden alejar de actividades sociales en grupos y  descuidar la actividad física que es favorable a la salud mental.

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