Son frecuentes los síntomas en niños y adolescentes luego de la separación de los padres. Su conducta puede mostrar cambios como agresividad, mal comportamiento en la escuela y en el hogar, trastornos de ansiedad y del estado de ánimo, así como depresión e ideas suicidas.
Al dividir el mundo, seguro que tenían los niños y adolescentes, ya no tendrán a ambos padres en una relación de pareja: se derrumba su paz emocional y los síntomas se convierten en su lenguaje.
Hablan con síntomas, expresando su dolor con autolesiones corporales, trastornos alimentarios o cambiando drásticamente su estado de ánimo.
Para disminuir los efectos de la separación de los padres se requieren cambios y dedicar cada padre más tiempo de calidad a sus hijos.
La Terapia Familiar y ayuda psicológica son muy útiles en estos casos.