Expertos destacan que la innovación será un factor importante para soluciones climáticas.
En el contexto actual de creciente preocupación por la contaminación plástica, la industria del plástico enfrenta un desafío monumental: ¿cómo mantener su funcionalidad y rentabilidad sin comprometer el medio ambiente? Una posible respuesta radica en la adopción de tecnologías innovadoras, como los aditivos biodegradables, que prometen transformar el ciclo de vida de los productos plásticos.
Los aditivos biodegradables se integran en el proceso de fabricación del plástico, permitiendo que los productos mantengan sus propiedades durante su uso. Su efecto se activa solo al final de la vida útil del producto, en condiciones específicas que favorecen la acción de microorganismos. Este enfoque permite que los plásticos sean reciclables sin alteraciones durante su uso, asegurando que el ciclo de reciclaje se mantenga intacto.
El presidente de la Cámara Ambiental de Colombia, Cristian Halaby, señaló: “Mientras el plástico esté en circulación, puede ser reciclado repetidamente sin que el aditivo afecte sus propiedades. La biodegradación comienza solo cuando el producto llega a su disposición final”. Esta perspectiva destaca la necesidad de innovar en la producción de plásticos, alineándose con un modelo de economía circular y sostenible.
El papel de los microorganismos es crucial en este proceso. En ambientes como el mar, donde la presencia de microorganismos es elevada, la biodegradación se acelera, descomponiendo los plásticos en compuestos más simples que pueden ser reincorporados al medio ambiente sin causar daño.
Durante su participación en la primera exposición de “Expoempaque RD24”, Halaby agrega que “el uso de aditivos biodegradables no solo mitiga el impacto ambiental del plástico, sino que también ofrece una solución viable para los fabricantes que enfrentan regulaciones cada vez más estrictas”.
A pesar de los beneficios evidentes, la transición hacia el uso de aditivos biodegradables no está exenta de desafíos. Halaby reconoce que “la inversión inicial puede ser un obstáculo para muchos fabricantes, quienes temen que la implementación de nuevas tecnologías aumente sus costos”.
Sin embargo, asegura que el incremento en el costo puede ser mínimo, estimándose entre un 5% y un 10%, una carga que la mayoría de los consumidores estaría dispuesta a asumir por un producto más responsable. La colaboración entre empresas y organizaciones responsables de la disposición final es clave. “Se necesita un enfoque holístico que garantice que los productos biodegradables no solo sean fabricados, sino que también sean gestionados adecuadamente al final de su ciclo de vida”, resaltó.
Transición justa
Por otro lado, este enfoque hacia la sostenibilidad también se refleja en las discusiones sobre la transición justa, un tema central en el Vigésimo Segundo Congreso de la Confederación Patronal de la República Dominicana (Copardom).
El boliviano Rodrigo Mogrovejo, especialista en desarrollo empresarial y transición justa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al dar una entrevista a elDinero enfatizó que “la transición justa no debe enfocarse solo en el impacto climático, sino también en cómo este cambio afecta a las familias y trabajadores”. Para él, es esencial que las políticas climáticas integren el factor social, asegurando que todos los grupos se beneficien del cambio hacia la sostenibilidad.
Al abordar la transición hacia energías renovables, Mogrovejo subrayó la necesidad de considerar el ecosistema que se deja atrás y la situación de los trabajadores en esos sectores. “Es crucial involucrar a los ministerios de Trabajo y organizaciones sociales en la toma de decisiones para abordar estas preocupaciones”, agregó, resaltando que un enfoque inclusivo es fundamental para el éxito de estas iniciativas.
Además, destacó la necesidad de capacitación para los trabajadores, “las nuevas tecnologías requieren competencias específicas. Debemos preparar a nuestros jóvenes y trabajadores para adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral”. Así, la sostenibilidad se presenta no solo como un reto ambiental, sino también como una oportunidad para el desarrollo social y económico.
Innovación
Asimismo, el Dr. Harold W. Hernández, experto en evaluación de impacto social, continuó esta línea de pensamiento al presentar un enfoque innovador para medir el impacto de proyectos comunitarios en Colombia.
Durante su exposición, destacó la importancia de integrar la medición del impacto desde la formulación del proyecto, asegurando que se evalúen no solo aspectos técnicos y económicos, sino también sociales.
Objetivos
Acciona define la sostenibilidad como un desarrollo que satisface las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, buscando un equilibrio entre el crecimiento económico, la protección del medio ambiente y el bienestar social. Las empresas deben asumir un compromiso hacia la sostenibilidad y la innovación para transformar desafíos en oportunidades.
Al mismo tiempo, la Cepal ha presentado los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como parte de la Agenda 2030, promoviendo una colaboración internacional renovada. Esta agenda abandona viejos paradigmas de ayuda condicionada y fomenta un enfoque de responsabilidad.