La Comisión Nacional contra el CORONAVIRUS, ha tomado importantes medidas de aislamiento social y de ayudas para controlar la transmisión del COVID-19 en República Dominicana.

Se ha llevado a cabo el cierre de negocios, escuelas, universidades y empresas. Todo con un costo económico incalculable que ha permitido unos niveles controlados de contagios y decesos.

Si no se hubiesen tomado esas titánicas medidas, nuestro panorama de contagios y muertes fuera inimaginable. Una última medida que se suma al toque de queda de 5 pm a 6 am, fue la prohibición de viajes al interior y entre municipios.

La costosa estrategia que involucra la participación de la policía, el ejército y comités de desastres del país, podría fracasar por no tener una maniobra nacional en contra de las aglomeraciones, menos costosa, en ciudades y municipios.

Se necesita una fuerza móvil y diurna de 6 am a 5 pm, que evite las aglomeraciones que ponen en riesgo la salud del país y que dañan todo el trabajo que se hace con el Quédate en casa y demás medidas.

La estrategia contra aglomeraciones debe estar formada por unidades móviles que patrullen las ciudades y municipios y disuelvan aglomeraciones, garanticen distancias óptimas en filas de farmacias, bancos y supermercados y que también enfrente el juego de gallos, actividades grupales en esquinas, barrios, juegos de dominó, videojuegos entre otros.

Se requiere que se hagan escenarios con ayudas sociales para evitar aglomeraciones, porque con ellas dañamos en un día lo que se logra en un mes de cuarentena.

El autor es profesor de Microbiología en la UASD.

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