En la relación de pareja y en la familia se repiten acciones y determinadas comunicaciones disfuncionales las cuales van creando pautas.

Las pautas se repiten automáticamente después de establecerse y se generan ambientes negativos en la pareja y en la familia.

Esto puede incluir agresión física, insultos, discusiones, comunicaciones hirientes, y posiciones no empáticas.

Es frecuente en las relaciones disfuncionales que cada quien se centre en percibir el dolor que recibe, pero no se colocan en la posición de ver y experimentar el dolor que causarnos y puede haber mucho resentimiento y resistencia para excusarse o perdonarse.

Debemos desmontar las pautas negativas en las relaciones. Cuando nos acostumbramos a tratar con respeto a los demás cosechamos respeto también. Si convertimos la violencia en una pauta será difícil erradicarla. Cuando se convierten en hábitos hay que utilizar mucha fuerza de voluntad y en ocasiones terapia para modificar las pautas dañinas que vamos integrando en la pareja y en la familia.

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