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Los Angeles.-Bendecido con unas capacidades sin parangón, perfeccionista infatigable, influyente activista: LeBron James transitó desde una dura infancia hasta la cima de los anotadores de la NBA, en un periplo único que quiere prolongar hasta ser coronado el mejor jugador de todos los tiempos.

Durante sus veinte años de carrera, ‘King (Rey) James’ ha sido una fuerza arrasadora en las canchas de la NBA acaparando títulos, premios y estadísticas de forma insaciable.

Con los 38 puntos que alcanzó este martes ante los Oklahoma City Thunder, el alero elevó su registro hasta los 38.390 puntos, por encima de los 38.387 que acumuló el legendario Kareem Abdul-Jabbar.

A sus 38 años, LeBron luce esta temporada el tercer mejor promedio de su carrera (30,2 puntos), reflejo de una extraordinaria longevidad con la que ha explotado el inmenso potencial que ya mostraba en el instituto, cuando fue bautizado como “El Elegido” por Sports Illustrated.

Directo a la NBA sin parada en la universidad, el alero posee un palmarés con cuatro campeonatos, cuatro premios MVP de temporada y otros cuatro de las Finales, 19 elecciones para el All-Star y dos medallas de oro olímpicas.

Pero antes de disfrutar de la gloria hubieron muchas penurias para LeBron Raymone James, nacido el 30 de diciembre de 1984 de una madre adolescente y soltera, Gloria, y un padre ausente con historial delictivo.

“Yo vengo de los barrios pobres, vi drogas, armas, asesinatos”, explicó James sobre su infancia en Akron (Ohio), donde él y Gloria llegaron a cambiar de vivienda hasta siete veces en un mismo año. 

El primer multimillonario
El destino de James cambió cuando fue descubierto por Frank Walker, un entrenador de football americano juvenil, quien lo dirigió hacia el basquet y convenció a su madre para que el joven se mudara un tiempo con la familia Walker.

Con solo 12 años, LeBron ya atraía la atención de los ojeadores de los institutos, impresionados por su potencia física y su inteligencia en la cancha.

Se decantó por St. Vincent-St. Mary’s, una escuela predominantemente blanca, en lugar de John Buchtel High School, donde estudiaba una animadora, Savannah Brinson, que se convertiría en su esposa y madre de sus tres hijos. 

La elección mantuvo a James cerca de amigos como Maverick Carter, su socio actual en proyectos que van desde el cine a la propiedad de equipos deportivos que, sumados al salario de James y a sus ingresos por patrocinios, le hicieron el primer multimillonario en activo de la NBA.  

Al ingresar a la NBA, en 2003, fue el número uno del Draft más joven de la historia. Su primer destino fueron los Cleveland Cavaliers, a 50 km de distancia de Akron, y en su temporada debut ya fue el mejor del equipo en anotación, robos y minutos jugados. 

Sin embargo, sus dos primeras participaciones en las Finales derivaron en grandes decepciones. La primera fue en 2007 con los modestos Cavaliers y la segunda en 2011 con los lujosos Miami Heat, la franquicia que había elegido para fundar una dinastía junto a Dwyane Wade y Chris Bosh.

En Miami alzaría sus dos primeros títulos de la NBA en 2012 y 2013 pero después de su cuarta y última participación seguida en las Finales, saldada con una dolorosa derrota ante los Spurs, decidió asumir un reto mayor y más personal.

LeBron volvió a los Cavaliers y les condujo a otras cuatro Finales consecutivas, todas ante los Golden State Warriors. En tres de ellas fueron derrotados pero en 2016 lograron un triunfo nunca visto en la NBA, remontando un 1-3 en contra en la serie.

James le entregó así a la ciudad su primer título de la NBA y el primero en todos los deportes profesionales desde 1964.

El estratosférico tapón que le colocó a Andre Iguodala en el séptimo partido sigue siendo una imagen icónica de su carrera. “Pensé que era el mejor jugador que la gente había visto”, confesaría después James, reavivando el debate sobre si él o Michael Jordan merecen ese estatus. 

Activista sin complejos
Fuera de las pistas, James también es protagonista como un actor social de su país, siguiendo la estela de otros mitos como Bill Russell o el propio Abdul-Jabbar.

Muy activo en las redes sociales (tiene 144 millones de seguidores en Instagram), el alero ha denunciado injusticias raciales, apoyado el movimiento “Black Lives Matter” y criticado a Donald Trump como presidente, ignorando a quienes le reclaman de mala manera que se ciña solo a su trabajo.

También fundó una escuela en Akron, financió programas de ayuda y en 2020 creó una asociación para facilitar el voto de sectores humildes de la comunidad afroestadounidense. 

Ese mismo año, James ganó su cuarto campeonato de la NBA con los Lakers. Fue una prueba de que su traslado en 2018 a Los Ángeles no era una jubilación anticipada, aunque Hollywood le ofreciera el papel protagonista de “Space Jam 2”, 25 años después de que Jordan diera vida al original. 

Jordan, y su pleno de seis triunfos en sendas Finales, sigue siendo la gran inspiración de LeBron, que persigue otro sueño único: jugar con su hijo Bronny. 

“Mientras esté en la pista, voy a intentar ser el mejor jugador de todos los tiempos”, avisó. “Y también el mejor hombre y el mejor padre. Todo en el mismo camino”.


Evolución del récord anotador de todos los tiempos de la NBA

A continuación un repaso a los siete jugadores que han ostentado el récord anotador de la NBA incluyendo a LeBron James, la superestrella de Los Angeles Lakers, quien se aupó este martes a lo más alto de la lista:

LeBron James, 38.390 puntos
Apodado “El Elegido” desde que era una promesa de instituto, James ha mejorado metódicamente todos los aspectos de su juego a lo largo de sus 20 temporadas en la NBA. 

“He evolucionado hasta poder hacer lo que quiera en la pista”, dijo ‘King James’ en enero al unirse a Kareem Abdul-Jabbar como los únicos jugadores con más de 38.000 puntos en sus carreras.

El líder de los Lakers ha sido cuatro veces campeón de la NBA, cuatro veces MVP de temporada y cuatro de las Finales y, a sus 38 años, sigue siendo una fuerza dominante en la liga con una extraordinaria media de 30 puntos por noche.

Kareem Abdul-Jabbar, 38.387 puntos
Con su icónico ‘sky hook’ (gancho) como gran arma ofensiva, Abdul-Jabbar se elevó por encima de sus rivales durante 20 temporadas en las que alzó seis títulos de la NBA, seis premios MVP y 19 selecciones para el All-Star. 

Tras destacar en la Universidad de California, el pívot no tardó en dejar huella en la NBA con una media de 28,8 puntos por partido en su temporada de novato, 31,7 en la siguiente y 34,87 en la tercera. 

El 5 de abril de 1984 pasó a encabezar la lista de máximos anotadores de todos los tiempos y añadió casi 7.000 puntos más a su cuenta antes de retirarse, con un total que quedó fuera del alcance de grandes jugadores posteriores como Michael Jordan y Kobe Bryant.

Wilt Chamberlain, 31.419 puntos
Chamberlain irrumpió en la NBA en 1959 y rápidamente firmó una serie de inigualables hazañas individuales que incluyen su legendario partido de 100 puntos y su promedio de 50,4 puntos por partido con los Philadelphia Warriors en la temporada 1961-62. 

El pívot firmó 113 partidos de 50 puntos o más, liderando la liga en anotación en siete ocasiones y acumulando dos campeonatos y cuatro premios MVP. 

Chamberlain pasó a encabezar la lista de anotadores de todos los tiempos el 14 de febrero de 1966 y conservó el récord durante 18 años.

Bob Pettit, 20.880 puntos
Pettit, segunda elección del Draft de 1954, condujo a los St. Louis Hawks al título en 1958 y fue dos veces MVP de la NBA y dos campeón en anotación.

El pívot promedió más de 20 puntos por partido en sus 11 temporadas en activo.

Dolph Schayes, 18.438 puntos
Schayes ganó el título de la NBA con los Syracuse Nationals en 1955, iniciando una serie de seis temporadas consecutivas en las que promedió más de 20 puntos por partido. 

En 1958 se convirtió en el máximo anotador de todos los tiempos superando a George Mikan.

George Mikan, 10.156 puntos
Mikan, que ganó cinco títulos de la BAA/NBA entre 1949 y 1954, fue una de las primeras grandes fuerzas ofensivas del basquet con tres títulos de máximo anotador en 1949, 1950 y 1951. 

El pívot y Joe Fulks se intercambiaron el primer puesto de esa lista en 1952, antes de que Mikan lo desbancara definitivamente el 8 de noviembre de ese año. 

Joe Fulks, 8.003 puntos
Fulks ganó el título de anotación con una media de 23,2 puntos en la temporada inaugural de la Basketball Association of America (BAA), ayudando a los Philadelphia Warriors a ganar el campeonato de 1947. 

La BAA se fusionaría con la Liga Nacional de Baloncesto en 1949 para formar la NBA, y Fulks, ala-pívot y pionero del tiro en suspensión moderno, terminaría sus ocho años de carrera habiendo establecido el récord de anotación en un solo partido en cuatro ocasiones diferentes. 

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