Brandon Durham, de 43 años, estaba en casa con su hija de 15 años cuando llamó al 911 en busca de ayuda por la irrupción de un intruso en su vivienda en Las Vegas (EE.UU.), la madrugada del pasado martes 12 de noviembre. En lugar de la defensa que buscaba, recibió disparos de la Policía que atendió su llamada, y murió en el acto.
La persona que irrumpió en su domicilio fue posteriormente identificada como Alejandra Boudreaux, a la que Durham conoció hace un mes en una ‘app’ de citas y con la que mantuvo encuentros sexuales casuales. La mujer cuenta con un historial de cargos en su contra y aquella noche se presentó en casa del hombre con la firme intención de morir abatida por los agentes, para que Durham viviera el desastre que ella buscaba provocar en su vivienda.
Durham estaba forcejeando con Boudreaux por un cuchillo cuando llegó la Policía. Al ver los destrozos en la casa y escuchar los gritos, el agente Alexander Bookman se dirigió a la pareja y exigió que soltaran el cuchillo, después de lo cual disparó al hombre afroamericano. El equipo médico solo pudo constatar su muerte en el lugar de los hechos.
La Policía de Las Vegas mostró las imágenes de la cámara corporal de Bookman en rueda de prensa del pasado viernes. Después del primer disparo, Durham cayó al suelo junto con la agresora, y el agente realizó cinco disparos más. La hija de Durham no presenció la violenta escena.
Los agentes no mencionaron que las denuncias previas similares, procedentes del mismo domicilio e involucrando a las mismas personas, fueron atendidas también por Bookman. El mismo policía había acudido a la casa de Durham en dos ocasiones por quejas del dueño de la vivienda ante la irrupción de Boudreaux y su negativa a abandonar su casa.
Ahora la familia de la víctima exige justicia y respuestas de las autoridades. “Llamó a la Policía en busca de seguridad y, en cambio, fue brutalmente asesinado”, denunció la hija del fallecido, Isabella, en rueda de prensa.