El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró este jueves que si EE.UU. aprende a respetar la soberanía de otros países, el resultado será muy positivo para la región.
“Sostengo que la relación con EE.UU. hacia adelante va a ser muy buena, además nos conviene a los dos países, a los dos pueblos, sobre todo por nuestras fronteras, porque nos complementamos, por la integración económica, porque se fortalece la región frente al avance de otras regiones en el mundo”, dijo el mandatario durante su habitual conferencia de prensa.
López Obrador se refirió de esta manera al futuro de los vínculos bilaterales luego de que decidiera pausar la relación con el embajador de EE.UU., Ken Salazar, debido a sus críticas a la reforma judicial que debate actualmente el Congreso.
“Venir a decir ‘está mal’ lo que le corresponde decidir al pueblo, ¿cuándo se había visto eso?“, cuestionó en medio de la polémica diplomática.
También consideró que es fundamental la alianza de México y EE.UU en lo económico y social.
“El único asunto (…) es que aprendamos a respetar nuestras soberanías, eso es lo único. Si se logra eso, se va a fortalecer mucho la región hacia adelante y le va a ir muy bien al pueblo de EE.UU., al pueblo de México y a las dos naciones. Pero todo va a depender del respeto a las soberanías, que no se actúe así porque eso es ofensivo, eso no es de buenos vecinos“, advirtió.
Controversia
Las críticas de Salazar a la reforma judicial, acusó, representan “un acto de prepotencia” y de disparidad en la relación bilateral.
Sin embargo, aclaró que le cree al presidente de EE.UU., Joe Biden, cuando dice que el vínculo entre ambos países debe darse en un plano de igualdad.
Sobre el papel del diplomático, el presidente consideró que forma parte de las provocaciones de los sectores más poderosos que se acostumbraron a que en México no había un Estado de derecho y que, por lo tanto, podían imponerse.
“La democracia era demagogia porque el pueblo no participaba o no era tomado en cuenta”, recordó al ratificar su respaldo a la reforma judicial, cuyo capítulo más discutido es el que permite que los jueces, magistrados y miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sean electos a través del voto popular en comicios que se realizarían el próximo año.