Nuestros antepasados prehistóricos rivalizaron con hienas, lobos y enormes osos cavernarios para sobrevivir hace 3.000 años en la famosa cueva de Denísova, en las montañas siberianas del Altái.

Los estudios de la famosa cueva Denísova, en el sur de Siberia, revelaron en febrero de este año que al menos dos grupos de antiguos homínidos —neandertales y denisovanos— habitaron esa gruta situada en la actual región rusa de Altái.

Sin embargo, de vez en cuando los homínidos tenían que abandonarla, ya que la presencia de depredadores les obligaba a buscar un nuevo refugio, según un estudio de un equipo de científicos rusos y australianos.

“Mediante análisis microscópicos, nuestro último estudio muestra visitas esporádicas de homínidos, ilustradas por vestigios del uso del fuego, como fragmentos minúsculos, pero con el uso continuo del sitio por parte de carnívoros que habitan en cuevas, tales como hienas y lobos”, señaló el profesor Richard Roberts de la Universidad de Wollongong, en Australia.

“Los excrementos fósiles indican la presencia persistente de habitantes de la cueva no humanos, y es muy poco probable que convivieran con los humanos que usaban la cueva como refugio,” explicó.

El estudio, publicado en la revista Nature, sugiere que los antiguos homínidos episódicamente visitaban la cueva, mientras que en otras ocasiones este refugio natural estaba habitado por depredadores, como lo atestigua la presencia de excrementos de animales, carbón de leña y fragmentos de huesos dejados en el mismo lugar por los homínidos, según el autor principal del estudio, el doctor Mike Morley, de la Universidad de Flinders, también en Australia.

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