El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, calificó este lunes a los pasados JJ.OO. de París 2024 como las “peores olimpiadas en la historia de la humanidad, las más grises”, por varias razones, entre ellas, la polémica ceremonia de apertura.
“Fue la burla a nuestro señor Jesucristo, al cristianismo y el intento de imponer en una ceremonia criterios de sectas satánicas”, dijo Maduro durante una reunión del Consejo de Defensa de la Nación y Consejo de Estado, en Caracas.
Según el mandatario, la organización de los juegos hizo una apología a ese tipo de cultos: “[Tienen un poder que] está más allá de lo que nosotros sabemos y pensamos”, aseveró al respecto.
Las críticas a la organización de los JJ.OO. van más allá del presidente venezolano. Días después de la ceremonia de apertura en París, la Iglesia católica emitió un comunicado para expresar su “tristeza” por las alusiones religiosamente ofensivas que contenía el acto.
“La Santa Sede, entristecida por algunas escenas de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París, no puede sino unirse a las voces que se han alzado en los últimos días para deplorar la ofensa causada a muchos cristianos y creyentes de otras religiones”, reza el comunicado en francés.
El Vaticano señala que, “en un acontecimiento prestigioso en el que el mundo entero se une en torno a valores comunes”, no debe haber lugar a “alusiones que ridiculicen las convicciones religiosas de muchas personas”.
La causa del revuelo fue una escenificación interpretada como una aparente parodia de la ‘Última Cena’, el fresco de Leonardo da Vinci que recrea la escena bíblica de Jesucristo y los doce apóstoles antes de la crucifixión.
Aunque el director artístico Thomas Jolly desmintió que la representación aludiera a la famoso cuadro, el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos ofreció disculpas por la controvertida representación artística.