El presidente de Francia, Emmanuel Macron, describió la reforma como “esencial” para “salvar” su sistema distributivo.

Miles de ciudadanos de Francia salen a las calles este martes en una segunda jornada de protestas a nivel nacional contra el plan del Gobierno de reformar el sistema de pensiones y elevar la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años.

Los sindicatos esperan que esta nueva ronda de movilizaciones reúna “al menos tanta o incluso más” gente que la huelga del 19 de enero, cuando salieron a las calles entre uno y dos millones de personas, recogen medios locales.

Pese a la firmeza del Ejecutivo, los sindicatos de docentes prevén una participación del 50 % de maestros, según el Snuipp-FSU. Asimismo, los trabajadores del sector petrolero esperan una movilización masiva, con entre el 75 y 100 % de participación de huelguistas de las principales refinerías y depósitos de combustibles de TotalEnergies, según la Confederación General del Trabajo (CGT).

“Habrá un antes y un después de esta fecha del 31 de enero”, aseguró el diputado opositor Jean-Luc Mélenchon. “Estamos viviendo un día histórico. El señor Macron seguro que pierde. Nadie quiere su reforma. Cuanto más pasan los días, más aumenta la oposición”, agregó.

En París, el funcionamiento de trenes de alta velocidad TGV se reducirá al 25 – 30 %, mientras, se espera que el tráfico en el metro presente menos interrupciones que la última vez.

El lunes, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció la movilización de 11.000 policías y gendarmes para hacer frente a las protestas.

Por su parte, el presidente Emmanuel Macron describió la reforma como “esencial” para “salvar” su sistema distributivo. Previamente, durante el fin de semana, la primera ministra del país, Élisabeth Borne, declaró que posponer la edad de jubilación “ya no es negociable”.

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