El secretario de Seguridad Nacional está en el ojo del huracán tras atacar a dirigentes políticos israelíes de su propio partido, que se oponen a cambiar el ‘statu quo’ del Monte del Templo.

Varios ministros israelíes arremetieron este miércoles contra el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gabir, quien reiteró sus intenciones de permitir a los judíos rezar en la mezquita de Al Aqsa, lugar de culto en el que la entrada a los no musulmanes está restringida desde hace siglos.

En una conferencia en el Knéset (Parlamento de Israel) titulada ‘Israel regresa al Monte del Templo’, en referencia al nombre judío del lugar sagrado (conocido entre los musulmanes como Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este), Ben Gvir atacó a los dirigentes políticos israelíes, de su propio partido, por oponerse a cambiar el ‘statu quo’ del lugar.

Según el responsable político, las actuales restricciones al rezo judío son un ejemplo de “racismo” y discriminación contra los judíos: “No hay ninguna razón para que el Monte del Templo no esté abierto 24 horas al día, siete días a la semana, para que no se permita a los judíos venir en ‘shabbat'”, indicó. “Todas las zonas del Monte del Templo deberían estar abiertas para que vengan los judíos”, añade.

“Hay un pirómano en el Gobierno israelí”

En respuesta a estos comentarios, el ministro de Defensa israelí, Yoav Galant, lanzó una dura crítica en sus redes sociales. “Hay un pirómano en el Gobierno israelí que está tratando de incendiar Oriente Medio. Se opone a cualquier negociación para incluirlo en el gabinete de guerra; esto le permitirá realizar sus planes”, escribió.

Asimismo, el ministro del Interior, Moshe Arbel, del partido ultraortodoxo Shas, calificó los comentarios de Ben Gvir de “blasfemia”, asegurando que “la prohibición de la oración judía en el Monte del Templo es la postura de todos los grandes hombres de Israel desde hace generaciones”.

Importancia del complejo religioso

La mezquita de Al Aqsa es el tercer lugar más sagrado para los musulmanes después de La Meca y Medina, pero el complejo también tiene un significado religioso para los judíos, porque allí todavía existen restos del antiguo templo judío y muchos creen que precisamente en este lugar se debe construir el Tercer Templo del pueblo israelí.

Existe un acuerdo tácito sobre el ‘statu quo‘ en Al Aqsa: los no musulmanes pueden visitar el complejo sagrado, pero solo los musulmanes pueden rezar allí. A veces, judíos transgreden la norma, al irrumpir en el lugar para realizar rituales religiosos.

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