Alba Rodríguez, de Pizzolante en República Dominicana, llamó a las empresas a evitar el “greenwashing” y el dilema ético.

Las empresas se están interesando por el “marketing” verde, no solo para cumplir con las expectativas de los clientes, sino para mantenerlos, al tiempo de atraer a nuevos consumidores. Sin embargo, no sólo es importante la forma en que se comunican las prácticas sostenibles de una organización, sino que este mensaje esté sustentado en acciones.

Este planteamiento corresponde a Alba Rodríguez, directora de Mercado de la firma de consultoría gerencial Pizzolante en República Dominicana, quien fungió como expositora en el panel “Perspectivas integrales de la sostenibilidad empresarial dominicana: reputación, tecnología y buenas prácticas”, de un conversatorio organizado por AENOR.

Durante su participación, citó la narrativa de las empresas, la cual, a su juicio, debe ser transparente, responsable, ética, sustentada en datos y conectada con la realidad para evitar caer en el “greenwashing”, que no es más que es una práctica engañosa de empresas que aseguran ser amigables con el medioambiente sin que esto corresponda con la realidad.

“Debemos evitarlo, porque no está fundamentado en impactos y datos reales”, expresó, al añadir que el mensaje de las empresas “tiene que llegar de una manera transparente”. Llamó, además, a las organizaciones a evitar entrar en un dilema ético, que en sus palabras es la incoherencia entre acciones y comunicaciones.

Rodríguez destacó que el objetivo de la sostenibilidad es la perdurabilidad a través de acciones responsables con el medioambiente, la gestión de recursos y de impactos. Según Rodríguez, para ejecutar estrategias de sostenibilidad se debe tener en cuenta la gobernanza y que esta posea una comunicación interna efectiva, alineada a la misión, visión y valores de la organización.

“Creo que la sostenibilidad en sí es una estrategia a largo plazo, es una estrategia rentable, y por supuesto, te ayuda a ser más competitiva, pero también ayuda a construir reputación”, afirmó al subrayar: “Veo la sostenibilidad como una fortaleza reputacional de la compañía y es por ello es que se trabaja y se profundiza”.

Rodríguez destacó, además, la importancia de las certificaciones ambientales internacionales de la Organización Internacional de Normalización (ISO, siglas en inglés), las cuales, de acuerdo con su planteamiento, se erigen como un aval para generar confianza y construir reputación.

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Por El Dinero