En el país suramericano son legales las uniones conyugales con adolescentes de hasta catorce años, con la autorización de sus padres o representantes.
La propuesta de prohibición del matrimonio infantil en Colombia tuvo su primer avance en el Congreso, luego de que la Comisión Primera de la Cámara la aprobara en primer debate, lo que le da vía libre para continuar su camino en el Legislativo.
El pasado miércoles, en la Comisión Primera de la Cámara —compuesta por 35 diputados y donde se realiza la primera discusión de los proyectos de ley— se aprobó el proyecto llamado “Son niñas, no esposas”.
La iniciativa, que busca prohibir los matrimonios y las uniones infantiles, tempranas y forzadas (MIUT), que en el país suramericano se pueden llevar a cabo a partir de los 14 años, ha sido impulsado por un grupo de parlamentarios entre los que se encuentran Jennifer Pedraza, Alexandra Vásquez, María Fernanda Carrascal, Juliana López, Jhon Jairo González y Juan Carlos Vargas, recoge Ámbito Jurídico.
Se espera que si el proyecto se vuelve norma, se eleve a los 18 años la edad mínima para casarse y establecer uniones maritales de hecho.
¿Qué ocurre ahora?
El Código Civil colombiano establece que si bien los menores de edad no pueden casarse sin permiso de sus padres o representantes, solo se consideran nulas las uniones de menores de 14 años.
Con el proyecto 155, se busca elevar hasta los 18 años la edad requerida para el matrimonio y las uniones de hecho, cuando los contrayentes ya no sean menores.
Por ahora, a esta iniciativa parlamentaria le resta un debate en la plenaria de la Cámara de Representantes y dos en el Senado para lograr su esperada aprobación.
Las reacciones
En las redes, los representantes a la Cámara, organizaciones no gubernamentales y activistas que han impulsado el proyecto manifestaron su satisfacción por el avance alcanzado y posicionaron la etiqueta #SonNiñasNoEsposas.
La diputada Catherine Juvinao afirmó en la plataforma X que el matrimonio infantil es “violencia contra las niñas y trunca el desarrollo de su infancia”.
Asimismo, la abogada Sara Jaramillo escribió una interacción donde reflexionó sobre los efectos negativos de esa práctica en niñas y adolescentes menores de edad, que históricamente han sido “víctimas de matrimonio infantil y obligadas a asumir la maternidad, las labores del cuidado y la violencia económica, física y sexual desde temprana edad, en silencio”.
Otra usuaria se refirió a que el proyecto de ley para prohibir las uniones maritales con menores de edad ha sido presentado por lo menos diez veces ante en el Congreso y que “no se le ha dado la suficiente importancia”. De hecho, según la ONG Word Visión, en siete oportunidades este tipo de propuestas se han archivado por vencimiento de términos.
El representante a la Cámara Eduard Sarmiento Hidalgo divulgó en sus redes varios datos sobre este tipo de uniones con menores de edad. Según la información que publicó, ocho de cada diez personas involucradas son del género femenino.
Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (2015), desde 2020, 13,3 % de las adolescentes encuestadas entre 15 y 19 años estaban unidas conyugalmente, cifra que se incrementa en el contexto rural, donde escala a 21,5 %.
Además de los números, el parlamentario habla las consecuencias del matrimonio infantil y de las uniones tempranas, entre las que ubica la “violencia machista” debido a que “las niñas y adolescentes están en alto riesgo de sufrir violencia doméstica, abusos y relaciones sexuales forzadas, incluso ser víctimas de homicidio o de feminicidio”.
El diputado también menciona entre las consecuencias, el embarazo infantil y adolescente; la desescolarización, el ingreso laboral y la autonomía económica. Además, causa afectaciones en la salud mental, sexual y reproductiva.