Nuestra idea de la realidad traspasa las ideas de la física y de la filosofía. Los problemas humanos nos hacen reflexionar acerca de lo que es real. 

Cuando asumimos una idea, cultivamos una imaginación y. podemos construir una realidad para nosotros, que nos puede dar éxito o nos puede hacer infelices y fracasados.

Sí dejamos que la mente cree algunas realidades, actuaremos en base a ellas. El pensamiento estratégico se ha planteado cuestiones como si es real la realidad o que las interpretaciones de los hechos son una nueva realidad. 

No son los hechos, decía Epicteto los que atormentan a los hombres. Son las interpretaciones que hacemos de los hechos los que atormentan a hombres y mujeres. Por eso sufrimos con los celos o por lo que pensamos que los demás opinan de nosotros. 

Podemos poner en riesgo nuestra salud mental por dar permiso a la mente, para imaginaciones que pueden llegar a paranoias, obsesiones y compulsiones.

Los individuos que sufren Trastorno Obsesivo Compulsivo {TOC) fijan y repiten una idea que es la obsesión y luego realizan una acción repetida que es la compulsión.

Si creo obsesivamente que tengo las manos sucias, puedo lavarme las manos compulsivamente cientos de veces al día. Hay pacientes con TOC que fijan la idea obsesiva de que dejaron una puerta abierta en la noche y se levantan 15 ó 20 veces a verificarlo. Puede ser cerrar un tanque de gas o creer que dejaron la puerta del vehículo abierta.

La mente nos hace bellaquerías. A veces debemos actuar como si las cosas fueran, aunque no lo sean, como en el Dilema de Pascal, actuar como si Dios existiera, porque sino existe nada perderemos, pero si existe tendríamos que rendir cuentas a él.

También reestructurar situaciones como el arzobispo hizo con viajan en los Miserables de Víctor Hugo. Lo trató, sabiendo que le había robado, no como un ladrón y le cedió lo robado y le pidió que sea un buen hombre y se restaurara, lo cual aconteció.

Debemos actuar con la confianza de que nuestra pareja nos ama y que nuestros hijos son buenos. Tener fe en ellos y hacerle una contra bellaquería a nuestra compleja mente. 

Todo por el bien nuestro. Buscar la felicidad y evitar caer en laberintos complejos que nos pueden hacer perder la razón.

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