Las terribles adversidades chocan con las ganas de continuar, pero la llama de la inspiración que se enciende cada día debe ser como el sol. Sabemos que habrán días nublados y lluviosos, pero que la fuerza creadora de nuestra estrella favorita brillará.
Nunca dejó de brillar, sólo que no veíamos su luz por el obstáculo de las nubes. Nuestra vida depende de mantener la inspiración, de tener un motivo, de encontrar la fe en nuestro interior en medio de los escombros.
La historia humana es la historia de la inspiración. Es reconstruir muros caídos, es levantarse de los millones caídos por plagas infecciosas y reconstruir villas o naciones después de la guerra. Nuestra pequeña historia, la única que vivimos se conecta con la humanidad.
Debemos tener la pasión para vivir frente a la ruptura amorosa, afrontar la decepción, la traición y recomponer la vida.
Habrá un nuevo amanecer, los problemas no serán eternos. Aunque entramos en el más de lo mismo de las situaciones intentadas, viendo el problema persistir y a veces crecer. Pero como dice Virginia Satir, el problema no es el problema. El problema es cómo afrontamos el problema.
Necesitamos un enfoque nuevo. Intentar soluciones diferentes y una ayuda externa que nos permita romper con el problema. La ayuda externa puede ser un grupo de apoyo, enfocarse en la fe y sistema de creencia, acudir a Terapia y en ocasiones una asesoría con la persona adecuada, de acuerdo a la naturaleza del problema.
Mantener la inspiración es conservar el corazón latiendo al ritmo de nuestros sueños.
Inspirarse es hacer con intensa pasión cada cosa que hacemos. Inspirarse es golpear el desaliento y el encierro con nuestra actividad. Es caminar, es entrar en contacto con la naturaleza y compartir con la gente.
Es dejarse contagiar por otros inspirados que son los que no se rinden y que con su actividad diaria ayudan a que nuestro planeta continúe girando alrededor del sol, buscando energía y sombra. Provocando nuestros necesarios ciclos de vigilia y sueño que nos permiten recargar las fuerzas, para seguir viviendo una vida productiva.