El Banco Mundial estima probabilidad de 2% de que la cifra llegue a US$6,124 millones anuales en los próximos 50 años.

Santo Domingo, RD.-Los daños a las infraestructuras hoteleras, viales y de viviendas ocurridas tras el paso del huracán Fiona por la costa este de República Dominicana recuerdan una realidad que cada año se hace más presente: el avance acelerado del cambio climático aumenta la vulnerabilidad del país ante desastres naturales.

Entre 1960 y 2017, las pérdidas directas e indirectas provocadas por los eventos más severos en República Dominicana se estimaron en US$8,606 millones, siendo el sector agrícola y el de infraestructura de transporte dos de los más afectados, de acuerdo al Informe de Riesgos Fiscales publicado por el Ministerio de Hacienda en septiembre de 2021.

Cada año, las pérdidas en República Dominicana a causa de desastres naturales se elevan a US$345 millones. Sin embargo, existe una probabilidad del 2% de que estos montos sean superados hasta alcanzar los US$6,124 millones anuales en los próximos 50 años. Así lo señala el estudio, que se basa en las estimaciones realizadas por el Perfil Nacional de Riesgo Catastrófico (CDRP, siglas en inglés), elaborado por el Banco Mundial.

Esto resulta significativo, tomando en cuenta que la frecuencia con la que ocurren los desastres naturales desde la década del 2010 es de 2.3 eventos por año, una constante que se ha incrementado desde la década de 1960, cuando el país era susceptible a solo una catástrofe cada dos años. Aunque en este perfil también se cuantifican las pérdidas anuales por sismos, se destaca que las ocasionadas por eventos atmosféricos resultan más significativas.

Además, República Dominicana cuenta con bienes inmuebles valorados en US$153,000 millones que se encuentran expuestos a los desastres naturales, de los cuales el 85% se concentra en las zonas urbanas y, dentro de esta categoría, el 43% se ubican en la zona metropolitana de Santo Domingo.

Como el principal administrador de las finanzas públicas, el Ministerio de Hacienda puntualiza que la Ley Orgánica de Presupuesto No.426-06 asigna un 1% de los ingresos corrientes–con autorización de adicionar un 0.5% del PIB nominal de ser necesario– para cubrir imprevistos por concepto de calamidades públicas.

Además, destaca la existencia del Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta creado a través de la Ley 147-02 sobre Gestión de Riesgos, una normativa que también da lugar al Fondo Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta ante Desastres (FN-PMR), un organismo “que tiene el propósito de prestar asistencia a la población en caso de desastres y de llevar a cabo la constante prevención y mitigación del impacto de estos riesgos”. Hacienda destaca que este fondo es un instrumento de la Comisión Nacional de Emergencias y que posee autonomía administrativa, técnica y financiera.

US$1,100 millones para recuperación

Por su parte, el Banco Central arroja estadísticas que apuntan a que, luego del paso de un fenómeno atmosférico, la economía pasa por un proceso de recuperación de 15 meses y, en ese período, las pérdidas económicas son de aproximadamente US$1,100 millones, equivalente al 1.5% del PIB.

Esta situación “plantea desafíos para los reguladores y supervisores del sistema financiero”, ya que los riesgos derivados del cambio climático reducen la capacidad de pago de los prestatarios y el valor de las garantías, lo que aumenta el riesgo de crédito y endurece las condiciones financieras.

Por sectores, los más vulnerables ante huracanes, tormentas y sequías son la agricultura, el turismo y la minería, cuyos ingresos son equivalentes al 14.6% del PIB. “Luego de un evento climático la producción agrícola se reduce, la infraestructura hotelera se afecta y disminuye la entrada de turistas al país”, destaca en su informe la entidad monetaria que explica de que, luego del paso de fenómenos atmosféricos, la llegada de pasajeros extranjeros disminuye en 4.3%, lo que restringe en un 1.8% la actividad hotelera.

Además de esto, los niveles de morosidad de estos sectores aumentan luego del paso de algún fenómeno atmosférico. En efecto, en los últimos seis años (de agosto de 2015 al mismo mes de 2021) República Dominicana enfrentó cuatro tormentas tropicales –Erika, Isaías, Laura y Fred–, tres huracanes –Mathew, Irma y María– y un período de sequía de un año –entre junio de 2018 a marzo del 2019– que produjo que estos sectores financieros se retrasaran en el pago de sus compromisos financieros, con índices de morosidad que aumentaron desde 1 hasta nueve décimas porcentuales.

Ante esto, el Banco Central destaca que República Dominicana cuenta con algunos mecanismos que ayudan a mitigar el riesgo de crédito, como el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (Agrodosa), así como diversos programas de prevención de desastres.

Repercusiones

El más reciente boletín emitido por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) señala que las lluvias y vientos provocados por el huracán Fiona ha desplazado a 13,070 personas y se ha cobrado la vida de otras dos, mientras que las casas dañadas ascienden a 2,614.

El evento atmosférico deterioró cuatro puentes y 81 acueductos que llevan agua a unas 1,400,000 personas han sufrido daños, que han limitado o paralizado por completo sus operaciones. De igual manera, 410,000 personas carecen de electricidad en el país, en las que 19 provincias permanecen en alerta amarilla y solo ocho en alerta verde. El ciclón afecta ahora a las islas Turcas y Caicos, tras elevarse a categoría 4.

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Por El Dinero