El COO del estudio de grabación, Albert Martínez Martín, entiende República Dominicana puede ser la Nueva Zelanda del Caribe, en términos cinematográficos.

Logros vemos, pero rostros no siempre conocemos. Es una frase que encaja perfectamente con la industria del cine en República Dominicana. Sí, Jennifer López, Vin Diesel, Mark Wahlberg, Brad Pitt y Sandra Bullock son nombres y caras conocidas que se relacionan a ese sector en el país. Sin embargo, hay otro que juega un papel fundamental, y poco se habla de él: Albert Martínez Martín.

En pocas palabras, es uno de los responsables de que esta media isla sea el destino elegido para producciones cinematográficas internacionales. Él es director de Operaciones en Lantica Media, también conocida como Pinewood Dominican Republic Studios.

Una decisión personal fue que lo llevó a aventurarse en la floreciente industria cinematográfica local hace más de una década. “Bueno, yo nací en Barcelona. Eventualmente me trasladé a vivir a Inglaterra. Allí producía cine. Un amigo, que era el jefe de ventas de Pinewood, me habló del proyecto de Lantica”, comenzó a narrar sobre cómo llegó al país.

Si bien confesó que estar en la nación caribeña fue una oportunidad para estar más cerca de sus hijos, revela que también fue un reto profesional. “Hay un tema cultural, el adaptarse a la forma de ver el mundo y de trabajar de los dominicanos”, agrego. Asimismo, el desafío sigue siendo “casar” esa visión con las de los clientes que vienen a filmar.

Impulsar

Tal como comentó en el pasado, no puede no tomarse personal su trabajo. Eso significa que los objetivos de la empresa son los suyos. No obstante, señaló que hay otros aspectos que son “distintos” y a los que ha tenido que, “poco a poco”, alcanzar o superar.

Para Lantica, el reto “es que se ha hecho poquito cine”, explica. En República Dominicana pueden hacerse entre 30 o 35 películas nacionales, más las extranjeras.

“Los números mismos nos están diciendo que en un país que hace muy poquito cine, pero se aspira a hacer muchísimos más”, dijo. Es así como el desafío ha sido readaptar y ser capaz de comunicar correctamente las posibilidades y oportunidades que ofrece la nación en términos de grabación. “Si esas expectativas del productor extranjero están claras, también las están en todos los que trabajan en el proyecto”, explica.

Si bien Lantica juega un papel protagónico en la escena actual, la labor de Martínez Martín no es vender el estudio, pues, según afirma, “estamos vendiendo el país” como destino fílmico. Es decir, como un lugar preparado para hacer frente a los proyectos grandes y pequeños.

Pero no es un trabajo que hace solo. La Dirección General de Cine (DGCine) interpreta su papel. “Está haciendo una labor muy importante en promoción del país, y sobre todo en dar tanto estabilidad como seguridad. Eso nos ha servido muchísimo a nosotros para seguir trabajando”, resaltó.

Pinewood Dominican Republic Studios

Martínez Martín fue claro sobre cuál es el plan ahora para Lantica. “Básicamente crecer, pero en específico en formar capital humano y de crear infraestructura, no tanto física, sino más bien de suplidores que estén aptos todos los requerimientos de cada proyecto”, sostuvo.

En ese sentido, agradeció el trabajo de todo el equipo que junto a él laboran en esa industria. “Depende de que todos lo hagamos bien. Yo solo soy una pieza en el engranaje”, dijo, a lo que agregó entre risas que espera ser útil.

El compromiso, “independientemente de la posición o el cargo” es un factor determinante en sus palabras. Es la mentalidad que intenta inculcar en los colaboradores del Lantica. “La responsabilidad del servicio al proyecto que viene de fuera la damos cada persona que trabaja en el proyecto”, aseguró.

De hecho, fue más específico. “La experiencia que tiene el extranjero de rodar aquí no se la doy solo yo, se la dan las más de 2,000 personas” que intervienen en la producción. Todos los que tienen una relación con los clientes extranjeros tienen la responsabilidad de dar ese servicio para que vuelvan, explicó. Esa es una filosofía que trae desde Inglaterra.

“Allá, cada persona que encuentras, con la que trabajas, está siempre dedicada a llegar a esa excelencia. Yo siempre pensé que nosotros teníamos que hacer lo mismo. Aquí en dominicana la única diferencia es que hace sol y que hace calor, pero el resto tiene que ser igual”, sostuvo.

A futuro

Si bien la industria del cine dominicano ha tenido grandes éxitos, aún queda camino por recorrer o películas por producir y estrenar. Ese es un proceso al que Albert se refiere como “reafirmación”. Eso quiere decir que el cliente repite y desea volver a filmar en el país porque “ofrece beneficios, incentivos locaciones, un capital humano, porque tuvieron buena experiencia, o porque creativamente les funcionó para su proyecto”, detalló. También han logrado ese objetivo. Aseguró que han tenido repetición en grandes productoras como Netflix, Universal, entre otros. “Reafirmar es eso, tener esa aprobación del que ya vino y quiere volver”, añadió.

La mirada está puesta en el futuro luego de cosechar exitosos años como 2020, 2021 y 2022. Sobre su visión, la resume en dos palabras y una nación: Nueva Zelanda. “Es un país de menos de cuatro millones de habitantes, menos de la mitad de la población de República Dominicana… aunque, evidentemente es más avanzado”, explica.

Pese a las diferencias, la inversión en contenido en esa nación de Oceanía es de más de US$2 billones. En en la media isla caribeña, ahora mismo, son US$250 millones al año. “¿Por qué no aspirar a ser la Nueva Zelanda del Caribe?” se cuestiona, al tiempo que aclara que, si bien no pretende llegar en lo inmediato a la cifra, “podemos pasar a US$300, US$400 o los US$600 millones”.

Así mismo, ejemplificó “si nosotros estamos contratando a 2,000 personas al año, tenemos que estar contratando 3,000” o el doble, así como “si estamos usando 100 suplidores que hacen muy buen trabajo, necesitaremos 200, 300, 400 y 500 suplidores”. Esas son sus metas para la industria local.

“Esa aspiración se consigue”, sostuvo, pero recalcó que es un trabajo en conjunto entre Lantica Media y el Estado.

Servicio de excelencia

En palabras de Martínez, el que invierte en cines, tiene un objetivo principal. “Es que, lo que está en el guión, se represente en pantalla lo más fiablemente posible”. Sin embargo, eso tiene muchas aristas de trabajo, en las cuales intervienen “mucha” gente.

“Nuestro trabajo es permitir u ofrecer esos instrumentos que permitan esa visión se lleve fielmente. Si esa mentalidad de servicio a nuestro cliente, se pudiese extrapolar a todas las instituciones del Estado, todos tendríamos el mismo objetivo”, reflexionó.

“El que trabaja en la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) tiene un objetivo: recaudar dinero para las arcas del Estado, no necesariamente estar sirviendo la visión de ningún productor que viene del extranjero”.

No obstante, entiende que extrapolar el “servicio de excelencia” y replicarlo en todos los lugares donde hay una interacción con un proyecto extranjero, para que el cliente vuelva. Si bien entiende que no es algo sencillo, “es algo que hay que verlo a largo plazo”, en sentido de que “todos queremos inversión en el país, empleos bien remunerado y que el país prospere”, finalizó.

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Por El Dinero