Las lluvias torrenciales que el pasado martes causaron inundaciones históricas en la provincia española de Valencia y zonas aledañas dejan ya un balance de 217 muertos, 213 en municipios de la zona cero de la provincia valenciana, tres en Castilla-La Mancha y uno en Andalucía.
Sin embargo, el número total de fallecidos se espera que sea mayor, debido a que las personas desaparecidas aún no han sido cuantificadas.
Las labores de búsqueda y de rescate empezaron inmediatamente después de la tragedia en zonas donde los vehículos arrastrados por las riadas se contaban por miles. Las imágenes sobrecogedoras de coches amontonados unos encima de otros se mezclaban con las de viviendas e instalaciones inundadas y de municipios sumidos por completo en el lodo, con árboles, mobiliario urbano y materiales empujados por la fuerza del agua.
Túneles, bajos y garajes: la gran incógnita
Ahora la gran incógnita se centra en los túneles, bajos, garajes y otros puntos de difícil acceso. Hasta ahora las labores se han centrado en la superficie y se espera que, tras retirar todos los materiales que imposibilitan el acceso, en breve se empiece a llegar a esos lugares.
Se cree que puede haber un gran número de víctimas en esos puntos inundables a los que aún no se ha podido llegar, como los ‘parkings’ de los centros comerciales de los municipios de Aldaia y Alfafar, donde se está trabajando con bombas de agua y un gran número de efectivos.
Rumores de miles de muertos
Desde que se desató la tragedia se han estado difundiendo bulos a través de las redes sociales. Los primeros hacían referencia a números telefónicos de emergencia inexistentes, falsas roturas de presas y embalses o a que la Agencia Española de Meteorología (AEMET) no había predicho el temporal que se avecinaba.
En los últimos días, este tipo de rumores infundados se han centrado en el número de víctimas mortales, que publicaciones que circulan en redes sociales elevan hasta casi 2.000. Este domingo, el ministro de Transporte, Óscar Puente, salió al paso de estas especulaciones, explicando que se desconoce el número de personas fallecidas que se encontrarán según avancen las labores de búsqueda: “Toda especulación al respecto es eso, pura especulación”, escribía en un mensaje en X.
Asimismo, Puente señalaba que “no tiene sentido ocultar cifras de fallecidos a la opinión pública” y dijo que “se comunica lo que se sabe”.
Según Maldita.es, la cifra de 1.900 personas desaparecidas que circula provendría de la publicación de un acta donde se recogía que había 2.500 personas desaparecidas en el 112, el teléfono de emergencias, y que se habían reducido a 600 a 31 de octubre.
Diferentes expertos han explicado que el proceso de contabilización de víctimas es lento. Así, el forense Julio Irigoyen relata que es necesario encontrar los cuerpos, realizar el levantamiento del cadáver y trasladarlo al lugar donde se realiza la autopsia. “Solo los cuerpos autopsiados se van contabilizando”, apunta. Y agrega: “Se comprende que es un ritmo lento, aunque constante, y que las cifras no se modifican con rapidez”.
Además, las labores de identificación se verán aún más dificultadas en el caso de algunos colectivos, como las personas sin techo o los inmigrantes sin documentación.