No habrá reinas en Quito, Latacunga, Otavalo, Loja e Ibarra. Pero, antes de estas ciudades, una pequeña parroquia fue la pionera de esta iniciativa.
En julio pasado se desató un debate en Ecuador, luego que Liliana Yunda, presidenta del Patronato San José, el ente que se encarga de las políticas sociales del Municipio de Quito, anunciara que en 2019 no habría elección de la reina de belleza en la capital.
La decisión fue confirmada a través de un comunicado emitido por el ayuntamiento, en el que señalaron que la la medida forma parte de una “política” para “revalorizar a la mujer desde otros espacios”.
Además, argumentaron que los concursos de belleza “reproducen roles de género que construyen imaginarios y estereotipos sociales” y, por ello, trabajan en generar una cultura de inclusión “que reconozca los diferentes tipos de belleza, sin promover parámetros discriminatorios”.
“Nuestras mujeres son valoradas por su inteligencia, razonamiento, capacidad de emprender y liderar, y para aquello no es necesario un certamen de belleza“, enfatizó Yunda, hermana del alcalde del municipio capitalino, Jorge Yunda.
La titular del Patronato San José ha informado que el certamen le cuesta unos 150.000 dólares al municipio, recursos que ahora emplearán a obras sociales.
Pero, el certamen se hará
La decisión de Quito ganó los aplausos de una parte de la sociedad, mientras otras rechazaron la medida municipal.
ONU Mujeres Ecuador alabó la decisión. En una carta enviada al Patronato San José felicitan al municipio por la decisión, porque consideran que “ese tipo de certámenes no abonan a la igualdad de género”.
Por su parte, la Fundación Reina de Quito protestó. “No podemos dejar de tener una Reina de Quito, que se ha destacado por ser una mujer empoderada, con liderazgo y calidad humana, comprometida y luchadora, con ímpetu de trabajo en beneficio de los grupos de atención prioritaria”.
Después de conversaciones, las autoridades de Quito ratificaron su decisión de no hacer el evento y la fundación tomó la determinación de realizarlo, de manera privada, pero sin la autorización para el uso de la marca Reina de Quito, ni fondos municipales.
Un precedente antes de Quito
Quito no fue el primer lugar donde se suspendió la elección de la reina municipal.
En 2018, el sector San Felipe de la parroquia Eloy Alfaro, en el cantón Latacunga, capital de la provincia del Cotopaxi, decidió no incluir la elección de reina en sus tradicionales fiestas patronales, que celebran cada abril.
El pasado 25 de julio, en un conversatorio sobre el tema en el Instituto de Formación Política Manuel Córdova Galarza de Quito, Ángela Tipán Llasag, quien presidió el comité de fiestas en San Felipe el año pasado, dijo que la decisión de no llevar a cabo la elección de la reina se tomó con base en tres aspectos: el uso de los recursos económicos, el rol de la reina en el sector y la ausencia de un espacio para dignificar a la mujer.
“Lastimosamente en nuestra parroquia, únicamente, la reina solo existía el día de la elección y en la misa (por las fiestas) y después nuestra reina era prácticamente abandonada por las autoridades y los dirigentes de los barrios”, puntualizó.
Detalló que decidieron cambiar el concurso por una feria de emprendimientos, un festival artístico y una marcha por la paz. “Con estos tres actos considerábamos nosotros que reuníamos todas las condiciones para dejar precedentes para nuestra parroquia”, añadió.
Ciudades que se suman
Aunque San Felipe fue el pionero, Quito provocó que el debate se abriera a nivel nacional. Tras el anuncio del municipio capitalino, se unió la ciudad de Latacunga, un día después.
“Queremos que ahora sí la ciudad reconozca la belleza intelectual, la belleza de corazón, la belleza humana, que creo que es lo más importante”, dijo Nancy Sánchez de Cárdenas, presidenta del patronato municipal.
De acuerdo al municipio, el evento será reemplazado “por acciones en favor de varios grupos vulnerados de la sociedad, especialmente mujeres violentadas”.
Posteriormente, el municipio de Otavalo, en la provincia de Imbabura, anunció que no realizará el certamen para elegir a la Reina del Yamor, tras una decisión unánime de la Asamblea Ciudadana.
En Loja, por su parte, el Cabildo aprobó una resolución presentada por el Patronato de Amparo Social Municipal para la eliminación del certamen. En el texto argumentaron que es un evento que promueve la violencia y discriminación contra la mujer, y, además, tiene un costo alto.
En varias publicaciones en redes sociales, la Alcaldía de Loja argumentó que el concurso cuesta alrededor de 50.000 dólares al ayuntamiento. El alcalde de la ciudad, Jorge Bailón, quien apoyó la iniciativa del patronato, dijo, en una rueda de prensa, que en una oportunidad se gastaron hasta 70.000 dólares.
El 26 de julio, por su parte, a estas iniciativas se sumó el municipio de Ibarra, capital de Imbabura. La decisión fue tomada por el Concejo Municipal.
Ambato no se une
El tema de las reinas también fue motivo de discusión en otras ciudades importantes de Ecuador, como Guayaquil, capital de Guayas; Cuenca, Azuay; y Ambato, en Tungurahua.
En Ambato, el alcalde Javier Altamirano ratificó la continuidad del concurso, que celebra la ciudad desde 1951
“Siendo respetuosos de nuestras tradiciones, vamos a continuar con la elección de la Reina de Ambato“, señaló, y argumentó que “es un evento galante, que llama la atención, que gusta a los ambateños, a los tungurahuenses, que le gusta al país”.
“Nacida mujer”
El debate en Cuenca fue distinto y se debió al cambio del reglamento para postularse al concurso. Entre los nuevos requisitos se incluyó que la aspirante sea “nacida mujer”, se eliminó el mínimo de estatura, que era de 1,65 metros, y la condición de ser soltera.
“Queremos eliminar todo lo que represente discriminación“, dijo, no obstante, Cristina Ortega, actual reina de Cuenca y una de las impulsoras del cambio del reglamento, citada por El Comercio. Sobre que sea mujer de nacimiento, manifestó: “Este año decidimos ponerlo para que no haya molestias ni confusiones”.
Desde organizaciones de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales (LGBTI) criticaron la medida. “Esta situación tiene tintes transfóbicos y trata de coartar la participación de forma discriminatoria de un sector de la población”, señaló en un comunicado la organización Silueta X.
En medio de esa discusión, el alcalde de Cuenca, Pedro Palacios, anunció, en declaraciones a una radio local, que la municipalidad y sus empresas no aportarán dinero para el certamen. Señaló que la contribución pública para el evento alcanzaba los 20.000 dólares, que ahora serán solicitados a compañías privadas.
Una reina embarazada
Mientras, en Guayaquil, el tema que estuvo en la opinión pública fue el embarazo de la actual reina de la ciudad, Karime Borja.
A través de un comunicado, la organización Reina de Guayaquil informó que la joven decidió ceder su título, “como lo estipula el reglamento del certamen”, sin embargo, la alcaldesa Cynthia Viteri, al conocer el caso, solicitó que, “como un caso excepcional”, culmine su reinado hasta la nueva elección, prevista para octubre.
Tras esta situación, la burgomaestre anunció cambios en el reglamento del concurso. “Ni la maternidad y ni el estado civil serán un requisito de peso para el ejercicio de las labores de una reina”, dijo Viteri.
“No podemos ser discriminadas por la particularidad que solo nosotras tenemos: el ser madres”, agregó la alcaldesa, quien enfatizó: “Nunca he visto a una mujer que no haya manejado esto a la par: su familia y su vida profesional”.