La Secretaría de la Defensa no ha dado información oficial sobre el caso.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México comenzó a investigar el caso de los cuatro jóvenes mexicanos y un estadounidense que murieron el pasado domingo en Nuevo Laredo, una ciudad ubicada en el norteño estado de Tamaulipas, y quienes, según sus familiares, fueron presuntamente asesinados por militares.

El organismo abrió una “queja de oficio” ya que las versiones son contradictorias y hasta ahora no se sabe con certeza qué les pasó a las víctimas, por qué les dispararon.

“Desde el primer momento en que tomó conocimiento de los hechos (la CNDH) comenzó a recabar la información necesaria para investigar (…), por lo que ya ha entrado en comunicación con la autoridad señalada por las presuntas violaciones a derechos humanos y se ha puesto en contacto con familiares de las víctimas para brindarse el acompañamiento necesario y la asesoría jurídica que requieran”, explicó en un comunicado.

También convocó a las asociaciones civiles, activistas y medios de comunicación a evitar la difusión de datos no verificados o versiones extraoficiales.

“Se encuentra de por medio el interés de las víctimas y sus familiares, así como el derecho de la población a obtener información veraz que permita esclarecer los hechos y garantizar el acceso a la justicia”, advirtió.

El llamado a la prudencia se debe a que, desde el domingo, múltiples colectivos han dado por hecho que los militares cometieron una ejecución extrajudicial.

Silencio y reclamos

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no ha respondido oficial y públicamente a las acusaciones. “Hasta el momento no tenemos nada”, le dijo una fuente castrense al portal Animal Político.

Pero en algún momento tendrá que darle explicaciones tanto a la CNDH como a otras dependencias, porque los familiares de las víctimas ya interpusieron una denuncia en contra de los militares ante la Fiscalía General de la República (FGR).

“Estamos pidiendo a la FGR que atienda las demandas formales y que proceda en consecuencia a integrar una carpeta de investigación que permita llevar ante un juez de control a los militares que hayan intervenido en un primer momento en estas muertes arbitrarias”, confirmó Raymundo Ramos Vázquez, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo.

El activista aseguró que cuentan con videos que demuestran que los jóvenes no tenían armas ni estaban cometiendo ningún delito cuando fueron acribillados por los miembros del Ejército.

Además, agregó que los militares también serán denunciados ante organismos nacionales e internacionales por la forma en la que agredieron a periodistas y a otras personas en la trifulca posterior al crimen.

La denuncia

El Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo dio a conocer su versión de la masacre el pasado domingo, a través de un comunicado que enseguida comenzó a viralizarse.

“Soldados del Ejército acribillaron a seis jóvenes que se dirigían a sus domicilios en una camioneta pick up después de salir de un antro (bar). Uno de ellos sobrevivió”, afirmó el escrito.

Las víctimas son los mexicanos Gustavo Pérez Beriles, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez y Alejandro Trujillo Rocha; y el estadounidense Gustavo Ángel Suárez Castillo. El sobreviviente se llama Luis Gerardo, recibió dos impactos de bala y se encuentra en estado grave en un hospital.

Según el escrito, la camioneta recibió 20 impactos de bala y dos de los jóvenes fueron rematados con disparos en la nuca cuando ya estaban tirados en el suelo.

“En Nuevo Laredo los militares están fuera de control (…) estamos haciendo un llamado urgente al presidente, a la Fiscalía General de la República y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para que se realice una investigación exhaustiva de esta nueva masacre”, señaló.

Militares mexicanos chocan con vecinos de Nuevo Laredo tras denuncia de un ataque armado (VIDEOS)

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El caos

El asesinato de los jóvenes ocurrió alrededor de las cinco de la mañana del domingo. La ráfaga de disparos despertó a algunos vecinos que, después, se acercaron a ver qué había pasado.

Por la mañana, una funeraria recogió los cadáveres y otros militares intentaron llevarse la camioneta, lo que desató un enfrentamiento ya que algunos familiares, con el apoyo de vecinos, se resistieron a que se la quedaran.

Videos publicados en las redes sociales reflejan la llegada de los civiles que increparon a los miembros del Ejército, quienes, a su vez, dispararon sus armas para tratar de dispersarlos. En respuesta, la gente les arrojó piedras, los empujó y golpeó a algunos de ellos.

La situación no pasó a mayores y, finalmente, los militares pudieron llevarse el vehículo. Pero aun resta saber quiénes fueron los responsables del operativo, cómo y por qué se llevó a cabo. 

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