Las jóvenes pueden presentar complicaciones tanto médicas como psicológicas.

Santo Domingo.-Cada año, miles de jóvenes dominicanas ven truncados sus sueños a causa de un embarazo precoz. En 2023, esta realidad se hizo evidente con el registro de 23,070 adolescentes que se convirtieron en madres, según los datos ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) en su informe infográfico “Embarazo en adolescentes en República Dominicana”. Este año se registraron 4,484 en el primer trimestre.

Detrás de este número se esconde un ciclo de vulnerabilidad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado como un factor perpetuador de la pobreza. La institución advierte que el embarazo adolescente a menudo es consecuencia de la falta de oportunidades educativas, el acceso limitado a servicios de salud sexual y reproductiva, y las desigualdades sociales.

La entidad establece que, al interrumpir la educación, el embarazo adolescente perpetúa un ciclo de pobreza que afecta no solo a las madres jóvenes, sino también a sus hijos.

Aspectos físicos

“Las adolescentes embarazadas enfrentan un mayor riesgo de complicaciones médicas en comparación con mujeres adultas”. La gineco-obstetra, Triana Valdez, señala que los cuerpos de las adolescentes aún están en desarrollo y no están preparados para los cambios fisiológicos ni mentales que implica un embarazo.

Esta inmadurez física las vuelve más vulnerables a complicaciones durante la gestación y el parto como cuadros de mala nutrición, con carencia de nutrientes esenciales para el buen desarrollo del bebé, un mayor número de abortos espontáneos, partos prematuros, hay un gran número de bebés de adolescentes que nacen antes de la semana 37 de gestación.

Así como el aumento de probabilidad de mortalidad de la madre, riesgo de preeclampsia y eclampsia, complicaciones debido a los abortos clandestinos, como sepsis o hemorragias graves, y embarazo unido a enfermedades de transmisión sexual.

Añade, también, que los bebés tienden a nacer con un peso bajo, ya que la inmadurez del cuerpo de la madre hace que su útero no se haya desarrollado completamente. Así como estar propensas a tener niños con más problemas de salud y trastornos del desarrollo. En los casos de embarazos de niñas de menos de 15 años, puntualiza que el bebé tiene más posibilidades de nacer con malformaciones. Además, la falta de atención prenatal adecuada y la malnutrición pueden agravar estos problemas.

“Las madres adolescentes entre de 10 a 19 años tienen mayor riesgo de eclampsia, endometritis puerperal e infecciones sistémicas que las mujeres de 20 a 24 años, y los bebés de madres adolescentes tienen un mayor riesgo de padecer bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y afección neonatal grave”, enfatiza Valdez.

Consecuencias psicológicas

Las consecuencias psicológicas del embarazo adolescente pueden ser profundas y duraderas tanto para la madre como para el bebé.

La terapeuta familiar, Berenice Hernández establece que el estigma social asociado al embarazo adolescente impacta la salud mental de las jóvenes madres. La culpa, la vergüenza y el rechazo pueden llevar a problemas como depresión y ansiedad. La falta de apoyo social y la interrupción de sus proyectos de vida pueden llevar a cuadros de depresión y baja autoestima, afectando negativamente su desarrollo cognitivo y emocional, y limitando sus oportunidades futuras.

Explica, además, que, en algunos casos, las adolescentes pueden recurrir a conductas de riesgo, como el consumo de sustancias o relaciones interpersonales poco saludables, como una forma de lidiar con el estrés y la angustia.

Rol de la familia

Hernández destaca que la familia es el primer y más influyente educador en materia de sexualidad. Tanto los valores como las creencias y dinámicas familiares modelan la percepción que los adolescentes tienen sobre el sexo. Padres y madres son los principales referentes y su manera de abordar estos temas, ya sea explícita o implícita, moldea las decisiones de sus hijos.

“Los padres son los principales agentes que brindan esa salud, estabilidad y autorregulación emocional que los niños y adolescentes necesitan a medida que van experimentando los diferentes retos que se presentan en cada etapa de sus vidas”, señala.

La presión grupal juega un papel importante. La experta explica que comunidades donde el embarazo temprano es más visualizado, los adolescentes pueden sentirse presionados a conformarse con esta realidad y a tomar decisiones impulsivas. “La falta de una educación sexual integral en el hogar y en la escuela, sumada a la inestabilidad emocional propia de la adolescencia, los vuelve más vulnerables a las influencias externas”, agrega.

Tanto la terapeuta Hernández como la doctora Valdez enfatizan la importancia de brindar a los jóvenes las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas y responsables.

Hernández explica que para abordar de manera efectiva las consecuencias psicológicas y sociales del embarazo adolescente, es fundamental brindar un apoyo integral a las jóvenes madres y sus familias. Esto incluye terapia psicológica, asesoramiento, programas educativos y apoyo social.

“Al invertir en estos servicios, podemos ayudar a las adolescentes a superar los desafíos que enfrentan, a construir relaciones saludables y a alcanzar su máximo potencial”, expresó.

De igual forma, la ginecóloga Valdez expresa que la mejor prevención es que los jóvenes tengan una buena educación sexual desde el mismo seno de la familia, destacando la importancia de informar sobre los riesgos y complicaciones del embarazo en la adolescencia y todos los cambios que se producirán desde el momento en que la adolescente quede embarazada.

“La familia como primer entorno protector de los niños, adolescentes y jóvenes, puede promover el diálogo con sus hijos e hijas sobre la responsabilidad que se asume al tener relaciones sexuales; y más importante, la generación de fuertes lazos de confianza para poder guiar a los adolescentes en esta etapa de su vida, lograr un acompañamiento y asesoría en todos los ámbitos, incluidos el fortalecimiento de su autoestima, su vida sentimental, sexual y reproductiva” detalla.

Embarazos en República Dominicana

En República Dominicana, se registraron 23,070 embarazos en jóvenes adolescentes en el 2023. Y en el primer trimestre de 2024, se documentó 4,484 jóvenes en estado de gestación menores de 18 años, según los datos más recientes de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) en su informe infográfico “Embarazo en adolescentes en República Dominicana”.

Si bien esta cantidad representa una disminución de un 26.58% en comparación con los 6,107 embarazos reportados en el mismo período de 2023, el análisis por provincias destaca áreas donde el embarazo adolescente sigue siendo una preocupación considerable y un reto en materia de desarrollo. Las zonas rurales y las comunidades con menores niveles educativos y de riqueza muestran mayores tasas de fecundidad adolescente.

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Por El Dinero